Y a quién le importa una tarde más,
si la tarde está perdida en todo.
La lúgubre vela de la inanición mental,
ya no será soplada.
Inexistente trauma de miles de dolorosas y punzantes ordenes,
extinguidas para no dar cobijo jamás a un mal pensamiento.
Refulgente luz de luces,
en la amistad tienes,
con un batiburrillo de imaginarios encuentros a la carta.
Date cabida,
date encuentro,
date emoción
de ver la salud de tu vida.
Si en mi faltasen las emociones
rápidamente te encontraría
¡¡Soledad!!
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