Cosas en las que creer: memorias para un artista

Hoy seré objetivo y fidedigno con un problema que asola a la mayoría de los artistas que conozco o gente afín al artisteo.

Si bien, es cierto que tener una idea o un arte acerca de lo que es la belleza, te permite tener un mejor cauce para mostrar una serie de cualidades. Lo que te va quitando, poco a poco, la verdad.

Así como el banquero trabaja los balances y es presa fácil de la corrupción y el error, el artista, puede ser objeto de la soberbia de no reconocer que existen más artes que las de él (o ella).

¡Uy! ¿qué los artistas pueden ser sometidos a corrupción? Si, gente mía, los artistas pueden ser sometidos a la corrupción, inversamente proporcional al tamaño de su ego.

Mientras más le riáis las gracias, soportéis sus manidas incoherencias, mientras menos miréis sus resultados, tendréis un artista del vulgo, dibujando y creando al vulgo.

Si por otra parte, tuvierais artistas que no consintiesen las gracias más que en la pintura, sus incoherencias las clamasen para si y atendieran más a los resultados que a las tácticas de venta, tendréis artistas comprometidos con la sociedad, mostrando todos y cada uno de sus defectos.

Es, como el niño que le coge de la cola al gato, sabe que va a terminar siendo arañado, pero tiene que cogerle para divertirse. Lo que no sabe, es que la lección vendrá después de ser herido.



Y es que no hay que ser un lince para darse cuenta de cuando tienes realmente un embolado.

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