La gente me sugerirá, que no hay ningún punto de conexión
entre un joven y otro, que son dos mundos diferentes y por mucho que se diga “antagónicos”.
Pero yo he visto puntos de conexión entre ambos, entre un hombre joven y una
mujer joven, entre uno de 20 años y otro de 30.
Si la memoria no me engaña, tenemos en Andalucía la
población joven más parada en España. Fruto de esa desafección de
todos por el trabajo, vienen nuestros males.
El otro día, leyendo a John Stuart Mill me asaltó una
revelación en forma de frase imborrable que decía lo siguiente: "Si la sociedad permite que gran número de
sus miembros crezcan en un estado de infancia prolongada, incapaces de ser
impulsado por la consideración racional de motivos lejanos, ella misma tendrá
que acusarse de las consecuencias".
Y es que no tenemos metas a largo plazo como pueblo, solo
veo a los políticos pasarse la patata de la crisis una y otra vez, del uno al
otro. Faltan grandes convicciones nacionales. Veo a la juventud hoy día
desencantada con lo que tienen.
Lo más triste es que si en verdad todo lo que dijera fuera
una mentira, encantado me quedaría como mentiroso, pero veo noticias que me asienten
por completo. Así que creamos una vez más en nosotros como pueblo, que nos
saldrá bien, que la verdad no existe, más que lo que podemos conseguir por
nosotros mismos, que los niños son solo niños en cuanto tienen posibilidades,
en cuanto las dejan de tener, son adultos.
Si a alguno de vosotros os he removido la conciencia en
estos instantes, que sepa que solo se remueve una conciencia en cuanto hay una
verdad que necesita ver la luz…
Bueno sería empezar por ser humildes y desterrar para siempre el famoso dicho de: "La ley del embudo: para mí lo ancho y para ti lo agudo".
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