¿Por qué una buena comida es contraria al Zen?

Pudierais pensar que el zen tiene algo en contra de la comida, pero en el siguiente koan, "la almohada de madera", descubriréis que no solo hay monjes jardineros, como en anteriores koans, sino que también hay monjes cocineros. Este dice:

"Un día, en el monasterio de Nan-chüan, el monje cocinero estaba con el monje jardinero. Mientras comían, oyeron un pájaro cantando. El monje jardinero dio unos golpecitos con el dedo sobre su almohada de madera, en la que descansaba su brazo; entonces el pájaro cantó de nuevo. El monje jardinero repitió la acción, pero el pájaro no cantó más. "¿Entiendes?", le preguntó el monje jardinero. "No", respondió el monje cocinero, "no lo entiendo". El otro monje golpeó en la almohada por tercera vez".

Esta enseñanza es de un valor incalculable, nos viene a decir que los que tienen algo en la mente suelen repetir muchas veces lo mismo. Por eso es por lo que hay que acudir a las cosas con inocencia. El monje jardinero nos da a entender, que tanto animales como personas, con una vez que nos vengan con una cosa nos basta para que la aprendamos, por lo tanto, el monje cocinero tenía un defecto de profesión, contententar los estómagos de la gente al mismo tiempo que contenta su necesidad de saber.

Por ello es coherente que nos adaptemos a la naturaleza, no a nuestros apetitos o deseos, que es lo que más suele darse.

Pongamos unos ejemplos con el monigote José:



En esta ocasión, el monigote José nos pone en la tesitura de, arriesgar nuestra salud para lucir adecuadamente o seguir nuestra naturaleza y comer adecuadamente para tener salud. El que tiene en mente adelgazar, engordará, solo aquel que siga su naturaleza y sepa lo que realmente necesita llegará a estar delgado o gordo, según se lo plantee, los objetivos nunca fueron realistas. En este caso, como en el koan, comer adecuadamente es seguir tu naturaleza.

Pero incidamos más con José:



Como cualquier mortal que se precie, ha cogido el coche y cuando cambia de carril pone el intermitente, puesto que en la naturaleza, como en la almohada de madera, cuando no vas con intenciones depredadoras, tienes que indicar quién eres con todas las de la ley. Por eso es por lo que no vale el "prueba y error" en la naturaleza y por lo general en la vida.

Otro ejemplo más con dicho monigote:



Si no tienes en la cabeza a una ex, como en cualquier relación sentimental, ¿porqué pruebas otra vez con ella? Cuando hay una relación muy fuerte, por parte de uno de los dos, suele desembocar en tragedia cuando esta no se corresponde. Se sabio, el exceso de deseo no conduce a nada bueno.

Puedes estar, o no, de acuerdo, pero lo que he dicho se trasluce a tenor de lo que dicen los artículos 43, 44 y 45 de la Constitución española.

¡Buen día!

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