Era un aspirante espiritual muy proclive a crear conflicto con todo lo existente. Su mente era como un muro creando constantemente oposición y resistencia. Así, su carácter se había agriado y su ánimo estaba atribulado. Acudió a visitar a su maestro y preguntó:
-Maestro, la existencia es como una losa. Por ejemplo, ¿cómo escapar al verano, como escapar al invierno?
Una leve sonrisa se dibujó en los labios del maestro. Un instante de perfecto y revelador silencio.
-Sencillo, mi querido discípulo; cuando llega el invierno, tiemblas; cuando llega el verano, sudas. Ya has escapado de ambos.
El Maestro dice: ¡Cuánto sufrimiento genera innecesariamente la mente por engendrar estúpida reacción e inútil conflicto!
Aquí tenemos otra dualidad invierno-verano y cómo obtener resultados de cada una de ellas para que tu estado sea óptimo: frío-calor y calor-frío, o lo que es lo mismo, no-ser/ser y ser/no-ser. El maestro cuando sonríe, está dañado.
-Maestro, la existencia es como una losa. Por ejemplo, ¿cómo escapar al verano, como escapar al invierno?
Una leve sonrisa se dibujó en los labios del maestro. Un instante de perfecto y revelador silencio.
-Sencillo, mi querido discípulo; cuando llega el invierno, tiemblas; cuando llega el verano, sudas. Ya has escapado de ambos.
El Maestro dice: ¡Cuánto sufrimiento genera innecesariamente la mente por engendrar estúpida reacción e inútil conflicto!
Aquí tenemos otra dualidad invierno-verano y cómo obtener resultados de cada una de ellas para que tu estado sea óptimo: frío-calor y calor-frío, o lo que es lo mismo, no-ser/ser y ser/no-ser. El maestro cuando sonríe, está dañado.
Comentarios
Publicar un comentario