-Posts de f & Co.
1º)
2º)
Entrevista en El Mundo al catedrático de Harvard Steven Pinker, con motivo de la publicación de su nuevo libro: "En defensa de la Ilustración":
http://www.elmundo.es/…/2018/06/21/5b2a7e79ca47419f1f8b45c5…
En "La Odisea" (Canto IV), de Homero, se dice del conocimiento absoluto y la tolerancia, de forma mágica, lo siguiente:
"Entonces, Helena, hija de Zeus, tuvo otro pensamiento, y en seguida mezcló, al vino que bebían, nepentés, un bálsamo que hace olvidar los pesares. Quien bebiera esta mezcla no podrá en todo el día derramar una lágrima, igual si viera muertos a sus padres con sus propios ojos, que si ante él mataban con el bronce a un hermano o un hijo querido. La hija de Zeus poseía este precioso licor, porque se lo había regalado Polidamna, mujer de Thos, nacida en Egipto, tierra fértil que produce muchos bebedizos, saludables unos y mortales otros. Son los de allí los médicos mejores entre los hombres, pues vienen de la estirpe de Peon. Y cuando, después de preparar, mandó Helena escanciar el vino, habló de esta manera:"
El caso es que la capacidad de olvido y tolerancia es muy apreciada desde antaño, el eliminar los dolores y las heridas, además de olvidarlos, es una recurrencia muy antigua. Por ello es por lo que se aprecia al vino, porque lleva alcohol, y este tiene las veces de potente remedio contra esos males de las heridas y dolores, y te hace olvidar. Las mujeres, al ser comparadas con el vino y tener las propiedades del "nepentés", y más siendo de cultura griega, poseen estas cualidades.
Platón nos decía, en su "Las Leyes" (Libro VI; 773d), lo siguiente de esto:
"ATENIENSE.-[... por una parte sería ridículo, y además provocaría la cólera de muchos, porque no es fácil comprender que es menester que la ciudad sea como] mezcla hecha en una crátera, donde el vino recién vertido espumea impetuoso, pero una vez que se le modera con otra divinidad más sombría, al encontrarse en buena compañía se convierte en bebida buena y templada. Pues bien, que esto es lo que ocurre en la mezcla que son los niños no hay nadie o casi nadie que sea capaz de verlo claro; razón por la cual no tenemos más remedio que omitir en la ley las cosas de esta índole e intentar persuadirles con palabras sugestivas para que cada cual dé más importancia a la homogeneidad de los propios hijos suyos que a esa especie de igualdad en las bodas que denota insaciabilidad de riquezas, y servirnos del reproche para intentar disuadir al que se preocupa [del dinero en lo matrimonial, ya que no podemos forzarle con leyes escritas".]"
Platón está en contra de este método en el cuál se potencia el "nepentés" de la mujer con el vino, y es proclive a la parte final de la exposición o intentar convencer con palabras.
Luego tal pareciera que vino (alcohol) y divinidad sombría (mujer y propiedades del nepentés), hacen una combinación buena y templada, pero no conveniente para la saciabilidad de los dos.
Eso opino de la tolerancia y del conocimiento absoluto.
¡Gracias por el post y buen día!
En el libro de "Morder la manzana: La revolución será feminista o no será" (12. ¿Te ves gorda?; pags. 76 y 77), de Leticia Dolera, hay un ejemplo, de lo que he mencionado en el anterior post, sobre violencia de la que no se informa. Dice así:
"El Doctor Casado me toca el estómago. Me duele muchísimo. Me pregunta si me gusta comer.
-Sí, me encanta, pero cada vez que como me duele la barriga.
-¿Entonces no comes?
-Como hasta que me duele, entonces paro.
-A ver, vamos a la báscula.
En la consulta están mi madre y mi tía. Todo el mundo está muy serio. ¿Qué culpa tendré yo de que me duela el estómago al comer? Ojalá pudiera comerme un plato de pasta sin sentir que tengo un huracán dentro.
Una vez en la báscula, el doctor aprovecha para medirme. ¿Habré crecido? Estoy obsesionada con ser más alta; me han dicho que puedes crecer hasta los dieciocho años. Una señora que nos paró por la calle a mi madre y a mí nos dijo que yo podría ser modelo, pero que tendríamos que ver cuánto crecía. Supongo que ser modelo mola, todo el día te hacen fotos y sales en las revistas, y la gente te mira en lugar de meterse contigo. Me voy a poner superrecta. No, no he crecido, y no, no llego a los cuarenta kilos de peso.
El doctor me dice que me ponga frente al espejo y me mire. Lo hago. Soy obediente y quiero que me curen.
-Leticia, ¿tú te ves gorda?
¿De verdad me está preguntando esto? me miro con detenimiento: se me marcan todos los huesos. En los brazos, en las costillas, en las caderas... Y tengo la barriga hinchadísima. No entiendo por qué me hace esta pregunta. Bueno, sí lo entiendo, el doctor cree que me pasa como a Núria, una compañera de clase. Núria no come y ha perdido diez kilos, todo el mundo le dice que está más guapa, pero su mirada es cada vez más triste.
-No.
-¿Y qué ves cuando te miras?
-Mi cuerpo.
Y así, sin comerlo ni beberlo, entró en juego el juicio sobre mi propio cuerpo."
Estas son las cualidades del juicio de "nepentes" en las mujeres, a las que se somete a un estricto control de lástima para que una vez acompañadas del mal, o vino, se pueda uno aprovechar de ellas. Además de ser anti-filosófico es una táctica machista de hombres y mujeres que juega contra la salud de ella y por extensión la de él, pero como no se pueden nombrar, va en contra de su salud por silencio.
El doctor y psiquiatra Luis Rojas Marcos, en su libro "Todo lo que he aprendido: 303 ideas para una vida mejor" (105), nos advierte de ello con las siguientes palabras:
"El estigma social torpedea la autoestima, pero si logramos vencer los estereotipos que nos marcan, saldremos fortalecidos de la lucha.
Todos buscamos la aceptación de los demás. Sin embargo, la tendencia ancestral a separar tajantemente a los "buenos" de los "malos", se refleja a menudo en el rechazo a personas tachadas de "diferentes". Y es que nada parece más natural que la facilidad con la que los seres humanos reclamamos la superioridad moral de unos sobre otros.
El miedo al estigma y al "qué dirán" es especialmente devastador en el mundo de las enfermedades mentales. De hecho, la barrera más frecuente que se interpone en el alivio y cura de estos enfermos es su temor a ser etiquetados como débiles de carácter o, sencillamente, "locos"."
Aquí tenemos las famosas cualidades del nepentés, o cualidades de olvido y tolerancia a las heridas y dolores, y el vino, o mal, que hacen que desde el primer minuto planee una etiqueta o juicio por tu condición, tildándote de "loco" (o en este caso "loca"), que puede hacerte proclive a las críticas y abusos hacia ti, aunque te pueda salir rentable.
Este tabú platónico está en el germen de muchas enfermedades, abusos y malos diagnósticos. Es un problema endémico de la forma de pensar.
Esa es mi opinión, por lo demás, por mucho dato público que tengamos, existen muchos tabús que juegan en contra del desfavorecido, y que habría que pensarse.
¡Gracias por el post y buen día!
http://www.elmundo.es/…/2018/06/21/5b2a7e79ca47419f1f8b45c5…
-Mis comentarios.
1º)
"Entonces, Helena, hija de Zeus, tuvo otro pensamiento, y en seguida mezcló, al vino que bebían, nepentés, un bálsamo que hace olvidar los pesares. Quien bebiera esta mezcla no podrá en todo el día derramar una lágrima, igual si viera muertos a sus padres con sus propios ojos, que si ante él mataban con el bronce a un hermano o un hijo querido. La hija de Zeus poseía este precioso licor, porque se lo había regalado Polidamna, mujer de Thos, nacida en Egipto, tierra fértil que produce muchos bebedizos, saludables unos y mortales otros. Son los de allí los médicos mejores entre los hombres, pues vienen de la estirpe de Peon. Y cuando, después de preparar, mandó Helena escanciar el vino, habló de esta manera:"
El caso es que la capacidad de olvido y tolerancia es muy apreciada desde antaño, el eliminar los dolores y las heridas, además de olvidarlos, es una recurrencia muy antigua. Por ello es por lo que se aprecia al vino, porque lleva alcohol, y este tiene las veces de potente remedio contra esos males de las heridas y dolores, y te hace olvidar. Las mujeres, al ser comparadas con el vino y tener las propiedades del "nepentés", y más siendo de cultura griega, poseen estas cualidades.
Platón nos decía, en su "Las Leyes" (Libro VI; 773d), lo siguiente de esto:
"ATENIENSE.-[... por una parte sería ridículo, y además provocaría la cólera de muchos, porque no es fácil comprender que es menester que la ciudad sea como] mezcla hecha en una crátera, donde el vino recién vertido espumea impetuoso, pero una vez que se le modera con otra divinidad más sombría, al encontrarse en buena compañía se convierte en bebida buena y templada. Pues bien, que esto es lo que ocurre en la mezcla que son los niños no hay nadie o casi nadie que sea capaz de verlo claro; razón por la cual no tenemos más remedio que omitir en la ley las cosas de esta índole e intentar persuadirles con palabras sugestivas para que cada cual dé más importancia a la homogeneidad de los propios hijos suyos que a esa especie de igualdad en las bodas que denota insaciabilidad de riquezas, y servirnos del reproche para intentar disuadir al que se preocupa [del dinero en lo matrimonial, ya que no podemos forzarle con leyes escritas".]"
Platón está en contra de este método en el cuál se potencia el "nepentés" de la mujer con el vino, y es proclive a la parte final de la exposición o intentar convencer con palabras.
Luego tal pareciera que vino (alcohol) y divinidad sombría (mujer y propiedades del nepentés), hacen una combinación buena y templada, pero no conveniente para la saciabilidad de los dos.
Eso opino de la tolerancia y del conocimiento absoluto.
¡Gracias por el post y buen día!
2º)
"El Doctor Casado me toca el estómago. Me duele muchísimo. Me pregunta si me gusta comer.
-Sí, me encanta, pero cada vez que como me duele la barriga.
-¿Entonces no comes?
-Como hasta que me duele, entonces paro.
-A ver, vamos a la báscula.
En la consulta están mi madre y mi tía. Todo el mundo está muy serio. ¿Qué culpa tendré yo de que me duela el estómago al comer? Ojalá pudiera comerme un plato de pasta sin sentir que tengo un huracán dentro.
Una vez en la báscula, el doctor aprovecha para medirme. ¿Habré crecido? Estoy obsesionada con ser más alta; me han dicho que puedes crecer hasta los dieciocho años. Una señora que nos paró por la calle a mi madre y a mí nos dijo que yo podría ser modelo, pero que tendríamos que ver cuánto crecía. Supongo que ser modelo mola, todo el día te hacen fotos y sales en las revistas, y la gente te mira en lugar de meterse contigo. Me voy a poner superrecta. No, no he crecido, y no, no llego a los cuarenta kilos de peso.
El doctor me dice que me ponga frente al espejo y me mire. Lo hago. Soy obediente y quiero que me curen.
-Leticia, ¿tú te ves gorda?
¿De verdad me está preguntando esto? me miro con detenimiento: se me marcan todos los huesos. En los brazos, en las costillas, en las caderas... Y tengo la barriga hinchadísima. No entiendo por qué me hace esta pregunta. Bueno, sí lo entiendo, el doctor cree que me pasa como a Núria, una compañera de clase. Núria no come y ha perdido diez kilos, todo el mundo le dice que está más guapa, pero su mirada es cada vez más triste.
-No.
-¿Y qué ves cuando te miras?
-Mi cuerpo.
Y así, sin comerlo ni beberlo, entró en juego el juicio sobre mi propio cuerpo."
Estas son las cualidades del juicio de "nepentes" en las mujeres, a las que se somete a un estricto control de lástima para que una vez acompañadas del mal, o vino, se pueda uno aprovechar de ellas. Además de ser anti-filosófico es una táctica machista de hombres y mujeres que juega contra la salud de ella y por extensión la de él, pero como no se pueden nombrar, va en contra de su salud por silencio.
El doctor y psiquiatra Luis Rojas Marcos, en su libro "Todo lo que he aprendido: 303 ideas para una vida mejor" (105), nos advierte de ello con las siguientes palabras:
"El estigma social torpedea la autoestima, pero si logramos vencer los estereotipos que nos marcan, saldremos fortalecidos de la lucha.
Todos buscamos la aceptación de los demás. Sin embargo, la tendencia ancestral a separar tajantemente a los "buenos" de los "malos", se refleja a menudo en el rechazo a personas tachadas de "diferentes". Y es que nada parece más natural que la facilidad con la que los seres humanos reclamamos la superioridad moral de unos sobre otros.
El miedo al estigma y al "qué dirán" es especialmente devastador en el mundo de las enfermedades mentales. De hecho, la barrera más frecuente que se interpone en el alivio y cura de estos enfermos es su temor a ser etiquetados como débiles de carácter o, sencillamente, "locos"."
Aquí tenemos las famosas cualidades del nepentés, o cualidades de olvido y tolerancia a las heridas y dolores, y el vino, o mal, que hacen que desde el primer minuto planee una etiqueta o juicio por tu condición, tildándote de "loco" (o en este caso "loca"), que puede hacerte proclive a las críticas y abusos hacia ti, aunque te pueda salir rentable.
Este tabú platónico está en el germen de muchas enfermedades, abusos y malos diagnósticos. Es un problema endémico de la forma de pensar.
Esa es mi opinión, por lo demás, por mucho dato público que tengamos, existen muchos tabús que juegan en contra del desfavorecido, y que habría que pensarse.
¡Gracias por el post y buen día!
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