Epicherema ut polythrichon

Cynorrhodon, cujuscumquemodi te encuentres la flor enunciada, serás librado de la rabia si la sabes preparar. Esta flor, es una rosa, una azucena.



Y bien, ¿por qué hablo ahora de esto?  porque este rodomeli dehalus no es remedio cyterius es polyrrhizos o con multitud de formas de aprovechamientos. Calma algunos de esos males que dicen bastantes filósofos, son incurables, como el orgullo, la pena y el miedo que nos hacen ser famex, que no famosos, con remordimientos (de remordeo o morder al prójimo). Y no por no tenerlas vamos a armarnos cobardes (polimachaeroplacides), ni vamos a no tener aphelis (cierta aspereza).

En una epichisis (jarra grande para beber), mezclamos este enguento con polygala (hierva que da mucha leche) y ningun ephetae (juez de lo penal) tendrá motivos para nuestro ingreso por un delito.

Al final, nos encontraremos bebiendo con rhoites (vino de zumo de granada) hasta que las renes (riñones) canten.

Pero este artículo, dirán que lo ha escrito un comediante barato (epicharmus), pero es un epicherema, para demostrar que con las causas comunes y probables se puede llegar a tantos o mejores resultados empíricos que con las cosas propias y necesarias o lo que se llama demostraciones. Con voluntad se crece hacia nuestros adentros y el mal orgullo, la pena y el miedo, desaparecen sin remordimiento alguno. Esto es epiceno; y no es una epanorthosis o corrección gramatical. Con este flos, llega la mayoría de personas al final de sus vidas; y estas son amenas y llenas de contenido.

Con todo esto, podemos alcanzar un estadio poco común de amenidad, para tener en nuestras manos lo considerado por los antiguos como "polythrichon" o rico en afectos de toda índole. Una riqueza vital comparable a la de esta llamada gema.

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