Magica regis

No obstante, hay cosas que se escapan a la comprensión de todos. Si, hay gente que es capaz de hacer cosas de la peor singladura porque no hay gente, que las haga de mejor. No hay mejor entendedor que el que entiende con pocas palabras y es que hoy estamos en el día de sus majestades los Reyes Magos de Oriente. Es poca la literatura que hay sobre estos individuos, ya que se mueven en las sombras a velocidades inauditas, haciendo un servicio, que ningún otro podría ni querría hacer, que es el de traer ilusión a todos los niños del mundo.
Su valor es incalculable. Es la base de nuestra forma de ver la vida pero como todo, iba degenerando poco a poco, ya que no se recuerda ni de donde viene la palabra regalar (regelare o liquidar algo por medio de calor) y nos pensamos que hoy día un pedazo de carbón, como se amenazaba a los críos desde chicos, es la desgracia más grande que nos puede suceder. En ninguna época ha significado tan poco como en la de ahora, en la que ese pedazo de carbón (carbonis) es simbólico y testimonial de una época en la que se rechazaba por orgullo, pero en la que se clamaba por un día más de vida, esa época en la que contar para algo más que tu vida era más importante que esta. Ya que ese pedazo de carbón significaba que la persona que te lo daba le importaba tu existencia un momento más.
Sus vertientes ideológicas, no hacen más que raspar la superficie de lo simbólico religioso de esta festividad, que es la llamada epifanía (epiphania), que se celebra siempre el 6 de Enero, proveniente del calendario Juliano en el Gregoriano (de iens o el que va y viene).

¡Qué se vea lo que se es vera!

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