Ceraunia

Sin ánimo, ni vocación de querer continuar con ningún ritmo de creación de entradas, doy iniciada, como por casualidad, esta, no menos importante, etapa de opinión en mi blog.
Si bien, es verdad que "hasta el rabo, todo es toro", nunca viene de más, tener en cuenta, que una cosa puede ser algo comperendino o lo que es lo mismo, que se puede prorrogar en el tiempo, sin olvidar que eso de lo que hablamos es compereo y pertenece, juntamente, a lo que es el cuerpo de lo escrito.
Hoy hablaré, de los zombis, esa suerte de inconditus o no enterrados que arrasan en nuestros cines. Y es que la temática zombi siempre llama la atención y en general, todo lo que tenga que ver con el cine de terror.
Hablando de cine en general, con unos amigos, surgió una película, que hacía mucho tiempo vi, Vértigo y que bien podría ser el punto de inflexión del moderno cine de suspense o el de terror (ya que tiene doble nombre: Vértigo, en España y De entre los muertos, en Sudamérica). Esta película, rinde culto a lo antiguo y a lo nuevo y nos deja siempre en cuestión, hasta que punto, lo que vuelve a la vida, se queda entre nosotros y lo que está entre nosotros, a vuelto a la vida.
Y es que, no hay que dejar, nunca, algo descuidado. Es que como dice el titulo, que alude a una piedra, del que viene el refrán "piedra movediza non la cubre moho", los males se curan con acción y actividad. Y, en todo caso, el peligro se solventa huyendo.
Como la piedra, algo nuevo, puede surgir en un momento no aclarado.

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