Effingo

Hoy vengo a dar cuenta de una forma de bordar tu vida con hilos de oro. Empezaré con un "pero inmediatamente, y cándida e inexpértamente como era, sentía que las miradas de Enrique y en su sonrisa había algo que no era enteramente puro, algo semejante al deseo, algo que parecía abrasar, y la niña recordaba que sus mejillas se habían encendido, y sus labios habían temblado, y palpitado su corazón al sentir la influencia de esos ojos azules que parecían despedir llamas sobre todo aquello en que se fijaban" (Ignacio M. Altamirano -Clemencia: Cap XII Amor-).

Es un sentimiento, todavía presente hoy día, bastante poderoso y que siempre viene a inhabilitar todo lo que podamos tener en ristra para responder, es un bloqueo emocional a cambio de falsedades emocionales, no es un deseo. Es un lo hago porque debo, y así estoy. Es un comer de tí, sin dar a los demás. Viene, como el título, de las palabras latinas "ex" y "fingo" y viene a ser "retratar, copiar, figurar, representar o pintar a lo vivo" al mismo tiempo que enseñas o instruyes; o ideas, imaginas o piensas. Es un sentimiento muy complejo que te hace dudar, muy característico del adorno en las conversaciones o elocuencias.

Con este tipo de personas, altamente eficientes, es importante la lógica, ya que siempre cogen lo más lógico, por su propia eficiencia, desechando lo complejo o lo que ellos mismos dan a entender por eficacia.

Es característico del ornamento en la belleza.

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