Et rationis veritatem

Cualquiera pueda pensar, que "la razón y la verdad" son temas fáciles de tratar. Daré una opinión en forma de introducción, para los que crean o tengan la necesidad de ahondar en estos dos misterios de la vida.

Empezaré con dos textos de calado:
       1º)  Rechaza la sabiduría y el conocimiento, el pueblo sacará cien veces más provecho.
Rechaza la bondad y la justicia, el pueblo volverá a la piedad filial y al amor paterno.
Rechaza la industria y su beneficio, los ladrones y los bandidos desaparecerán.
Si estos tres preceptos no bastan, ordena lo siguiente: discierne lo sencillo y abraza lo natural, reduce tu egoísmo y refrena tus deseos.
(Tao-Te Ching XIX).

       2º)  Toda sabiduría viene del Señor y con él está por siempre.
La arena de los mares, las gotas de la lluvia, los días de la eternidad, ¿quién los puede contar? (Biblia; Eclesiástico 1, 1-2 -Origen de la sabiduría-).

De estos dos textos, podemos entender que la razón es un algo infinito y pequeño, muy difícil de argüir y que siempre necesita método para que sea verdad. "Podemos proceder de la misma manera al determinar las relaciones de cantidad o número y podemos observar la superioridad o inferioridad entre números y figuras, especialmente cuando la diferencia es muy grande y notable. En cuanto a la igualdad o proporción exacta, podemos tan solo conjeturarla partiendo de una consideración particular, excepto en muy pocos números o en porciones de extensión muy limitadas que se comprenden en un instante y en las que percibimos la imposibilidad de caer en un error considerable. En los demás casos, debemos establecer las relaciones con alguna libertad o proceder de una manera más artificial" (Hume; Del conocimiento -Del conocimiento y la probabilidad. Sección 1ª-).

Si he dicho que hay verdad en la razón, no hay mentira o falsedad. "No andes a zaga de dioses falsos y falaces; antes desechalos y desdeñalos, y de un salto valeroso conquista la verdadera libertad" (San Agustín; Liber II 29-4 -primer párrafo-).

Por lo tanto, hay que dedicarse en pleno a esa tarea para conseguir el grado de implicación óptimo. "No obstante, no participo de la opinión de algunos hábiles filósofos que parecen sostener que nuestras ideas mismas están en Dios y de ningún modo en nosotros. Esto procede, en mi opinión, de que no han considerado suficientemente lo que acabamos de explicar respecto de las sustancias, ni toda la extensión e independencia de nuestra alma, que hace que encierre todo lo que le sucede y que expresa a Dios, y con Él a todos los seres posibles y actuales, como un efecto expresa su causa. Así, es inconcebible que yo piense con ideas de otro. Es preciso también que el alma sea afectada efectivamente de cierto modo cuando piensa en algo y ha de haber en ella de antemano, no solamente la potencia pasiva de ser afectada de ese modo, la cual está ya totalmente determinada, sino también una potencia activa en cuya virtud siempre hubo en su naturaleza signos de la futura producción de ese pensamiento y disposiciones para producirlo en su momento. Y todo esto envuelve ya la idea comprendida en este pensamiento" (Leiznib; Monadología. Discurso de metafísica -29. Sin embargo,pensamos inmediatamente con nuestras propias ideas y no con las de Dios-).

Continuando, se puede clasificar la razón según la verdad, en dos:
     1º)  Verdad individual.
     2º)  Verdad colectiva o última verdad.

Y la falsedad o la sin-razón, cuando te quedas sin ella.


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