Invidiola

Aun con todo y eso, me gustaría hablar hoy de los "ladrones de tiempo" de los que una vez hablara antes. Y dije "con todo y eso" porque es un tema que da para hablar intensamente.

"Flinx era un ladrón ético, en el sentido de que únicamente robaba a los malvados. Y para eso, sólo cuando era absolutamente necesario. Bien, quizá no tan absolutamente. Pero intentaba. Debido al ambiente que le rodeaba, sus normas morales eran necesariamente de una naturaleza altamente adaptable. Cuando se vive solo y todavía no se ha alcanzado el verano número diecisiete, deben hacerse ciertas concesiones en asuntos como éste.
Podría argumentarse, suponiendo que Flinx estuviese dispuesto a escuchar (una suposición muy poco probable), que tomar una decisión final clasificando a alguien como malvado o no, era algo horrorosamente totalitario. Un filósofo asentiría gustosamente. Flinx no podía permitirse ese lujo. Su ética era dictada por la supervivencia, no por abstracciones. Que se las hubiese arreglado para permanecer dentro del lado aceptable en la moralidad corriente de su tiempo, tanto como lo había hecho, era algo que le honraba grandemente. Aunque ahí también la casualidad había sido en buena parte responsable" (Alan Dean Foster -El Krang de los Tar Aiym-).

Como dicen los refranes "sin ser ladrones, no se juntan millones", "rico de repente, no puede ser sensatamente" y "seso, dinero y bondad, no siempre es verdad", para ser afortunado con el dinero o con la gente, has de tener, de primeras, condición adaptable y agresiva. De ahí señalo lo del principio con los ladrones de tiempo. Ya que, si bien la condición de ladrón no tiene porque hacerte famoso o rico, la falta de sensatez si que te lo hará, ya que el termino ladrón viene dado para el enriquecimiento, por un cierto halo de envidia, muchas veces sana, como bien señalo, pero por una total o nula falta de seso como tradicionalmente se viene a entender.

Más que una falta de seso, lo que genera la fortuna, es la misma capacidad de adaptación natural sin abstracciones. Lo que genera a su vez cierta envidia y a la larga, lo que se conoce como "ladrones de tiempo", que es un tipo de ladrón pero no strictu sensu.

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