Phynon

Siendo sincero conmigo mismo, la expresión "mal de amores" está mal utilizada. Todos sufrimos mal de amores en cuanto salimos de nuestra casa. "Yo soy Sheridan, el hermano menor. Aquella mirada fija me hacía sentir traicionado: tenía la esperanza de que el mismo balanceo de la marcha le cerrara el ojo en algún roce, cosa que habría sido probable de no estar la mujer cabeza abajo" (Brian W. Aldiss: El árbol de saliva -Peligro: Religión-).

Como bien indico en el primer párrafo, se trata de un problema de ética y de religión. Celebres fueron las palabras de Holofernes y sus servidores (Judit 11-21: De un cabo al otro del mundo, no hay mujer como ésta, de tanta hermosura en el rostro y tanta sensatez en las palabras), para al final esté, terminar decapitado por Judit. ¿Cómo podemos entonces identificar el "mal de amores"?
      1º)  Se identifica con una súbita ruptura de la relación.
      2º)  Un bajonazo emocional en toda regla.
      3º)  Un retorno a los hábitos antiguos.

Este bajón emocional suele durar hasta que retomamos hábitos antiguos. Muchas veces, estos, son difíciles de retomar y muchos no pasan del segundo paso. ¿Cómo podemos evitarlo o superarlo rápidamente? Solo daré un pista, Lao-Tsé en su quinta enseñanza decía: "El universo no tiene afecciones humanas; todas las cosas del mundo son para él como un perro de paja.
El santo no tiene afecciones humanas; el pueblo es para él como un perro de paja.
El universo es igual que un fuelle de forja; vacío, pero no aplanado.
Cuanto más se habla de él, menos se le comprende, más vale insertarse en él".

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