Eligerit

"Kassad soñaba a menudo con ella. No sabía su nombre y ella nunca había hablado, pero Kassad habría reconocido su textura y aroma en plena oscuridad entre mil mujeres. La llamaba Misterio" (Dan Simmons; Hyperion -La narración del soldado. Amantes de guerra-).

Es mi intención dar a conocer y opinar, conjuntamente, sobre la "divinidad", de manera frugal y poco compleja. Es cierto que pocos conocen el relato "y tu censurabas a los que encontraban un argumento en el esplendor y la belleza de la creación y que observando el mundo mismo y las partes del mundo, el cielo, la tierra y el mar, el sol, la luna y las estrellas que los adornan, y descubriendo las leyes de las estaciones y de sus sucesiones periódicas, conjeturaron que tiene que existir algún ser supremo y trascendente que haya dado el movimiento y que las guíe y gobierne. Aunque esta conjetura pueda ir más allá de los indicios mismos, veo con todo qué es lo que ellos siguen. Tu, en cambio, ¿qué otra grande y egregia tienes, después de todo, que parezca realizada por una inteligencia divina y que te lleve a conjeturar la existencia de los dioses? Dices: "tenemos una cierta noticia de divinidad inserta en nuestra alma". Ciertamente, una noción de Jupiter con barba y de una Minerva con yelmo. ¿Crees, pues, realmente que esas divinidades son así?" (Cicerón; Sobre la naturaleza de los dioses "introducción" -Capitulo 36-).

A todo esto, solo puedo argumentar, que solo podemos guiarnos si no conocemos del todo a donde vamos.

"Lo más tierno de este mundo domina a lo más duro. La nada sola se inserta en lo que no tiene grietas. En lo cual reconozco la eficacia de la no-acción.
A la enseñanza sin palabras, a la eficacia de la no-acción, nada puede igualarlas" (Tao-Te Ching; XLIII).

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