Excalfactorius

Con la mayor brevedad, me gustaría tratar el tema de los clasismos, desde un punto de vista más benévolo del que muchos otros pudieran tratar.

"Antoine Pallieres, prospero heredero de una antigua dinastía industrial, es el hijo de una de las ocho familias para quienes trabajo. Último bufido de la gran burguesía de negocios -la cual no se reproduce más que a golpe de hipidos limpios y sin vicios-, resplandecía sin embargo de felicidad por su descubrimiento y me lo narraba por puro reflejo, sin pensar siquiera que yo pudiera estar enterándome de algo ¿Qué pueden comprender las masas trabajadoras de la obra de Marx? Su lectura es ardua: su lenguaje, culto; su prosa, sutil; su tesis, compleja. Y entonces por poco me delato como una tonta. - Deberías leer "La ideología alemana"- le dijo ese papanatas con trenca color verde pino. Para comprender a Marx y comprender por qué está equivocado, hay que leer "La ideología alemana". Es la base antropológica a partir de la cual se construirán todas las exhortaciones a un mundo nuevo, y sobre la que reposa una certeza esencial: los hombres, a quienes pierde el deseo harían bien en limitarse a sus necesidades. En un mundo en el que se amordace la hibris del deseo podrá nacer una organización social nueva, despojada de luchas, opresiones y jerarquías deletéreas" (Muriel Barbery; La elegancia del erizo).

Este tema es tremendamente recurrente en todas y cada una de las autodenominadas clases intelectuales o burguesía. Pero, ¿por qué es así? La respuesta viene a continuación: "Muchas personas no querrán admitir la distinción, aquí establecida, entre la parte de la conducta de un hombre que se refiere solo a él y aquella que se refiere a los demás. Se nos dirá quizá que cómo puede ser indiferente a los miembros de la sociedad cualquier parte de la conducta de uno de ellos. Nadie está completamente aislado; es imposible que un hombre haga cualquier cosa perjudicial para él, de manera grave y permanente, sin que el mal alcance por lo menos a sus relaciones más próximas y, a menudo a otras más lejanas. Si él compromete su fortuna, perjudica a los que directa o indirectamente obtenían de él sus medios de existencia y, en general, disminuye más o menos los recursos generales de la comunidad; si echa a perder sus facultades físicas o mentales, no solo comete un error con los que dependen de él, sino que se hace incapaz de cumplir sus deberes hacia sus semejantes, convirtiéndose en una carga para su afección o benevolencia. Si tal conducta fuese muy frecuente, pocas faltas habría más perjudiciales para el conjunto general del bien. Se nos dirá, en fin, que si una persona no hace un daño directo a los demás por sus vicios o sus locuras, sin embargo, puede ser perjudicial por su ejemplo, y habría que obligarla a que se limitase en bien de quienes podrían corromperse o descarriarse con el ejemplo de su conducta" (John Stuart Mill; Sobre la libertad -De los limites de la autoridad de la sociedad sobre el individuo-).

Entonces, el clasismo, como tal, sería, un culto a la libertad dentro de los limites que tu y tus allegados consideráis como grupo y cuya salida de este, es la incultura. Hablo en estos términos, porque hasta fechas recientes, es raro el hombre o mujer, que no se ha topado con diversos grupos sociales cuya hegemonía no note.

Haciendo analogía a una referencia militar soy de los de la opinión de que "por esto el general que en su avance no busca su gloria personal, ni se escabulle por evitar el castigo cuando retrocede, y cuya única finalidad es proteger a la población y prestar un buen servicio a su rey, es una joya para el Estado" (Sun Tzu; El arte de la guerra -Capitulo X-).

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