Obliquus

La tragedia de saber reír, es no saber llorar. Esto lo saben muchos ya. Porque hasta lo más tonto se necesita alguna vez.

Hoy, en una de las interminables horas que tiene el día, me hice la pregunta... ¿a qué sabrá el triunfo cuando no hay nada sobre lo que triunfar? A nada, a fracaso, todo es fracaso hoy día:
     -Contar con los demás es fracaso.
     -Tener aficiones, es un fracaso.
     -Ser atento, es un fracaso.
     -Dominar algo, es un fracaso.

Hoy día, hemos llegado a tal punto de fracasados, que todo lo hacemos por maquinas:
     -Hablamos.
     -Pensamos.
     -Argüimos.
     -Dirigimos.

Todo esto nos ha llevado a hacer prendas indiscutibles de nuestro mobiliario infinidad de instrumentos, que al cabo de menos de un año acabamos por desechar y luego no nos gusta que nos miren como geeks.

Hoy he visto a una mujer en el autobús con su smart-phone y he susurrado esto... "¿Qué quiere el viento de Enero? (Miguel Hernandez)
¿Qué quiere el viento de enero
que baja por el barranco
y violenta las ventanas
mientras te visto de abrazos?

Derribarnos. Arrastrarnos.

Derribadas, arrastradas
las dos sangres se alejaron.
¿Qué sigue queriendo el viento cada vez más enconado?

Separarnos.

Comentarios