Opinio

En una región a la que nadie quería acceder, había un hombre agrio, muy agrio... Pero antes de seguir ¿por qué era agrio? Era agrio porque era feliz, ¿por qué continuo? Porque todos los cuentos tradicionales se limitan a reflexionar sobre la infelicidad... El mío no, el mío habla sobre la felicidad.

Todos los días el hombre agrio salia de su casa, saludaba a todos los conocidos que se encontraba e intercambiaba buenas palabras con ellos, inclusive algunos desconocidos. Mas tarde, el hombre agrio entraba a su trabajo, una empresa de reciclado. Era un experto en PVC y todo tipo de plásticos.

Pensaba, que más tarde que temprano, todo se podría reutilizar y siempre le sobraba trabajo.

Este hombre, era un hombre muy útil. Su nombre era Iván, hombre agrio donde los hubiera, pero sigamos con la vida de nuestro hombre... Iván hablaba nuestra lengua o se creía que hablaba nuestra lengua, porque te escocía hablar de él.

¡Era muy sincero!

A Iván, no había por donde pillarle, era muy bueno. Si le invitabas a jugar a las consolas, al ordenador, a las cartas o al Farm Ville para móviles, siempre te ganaba con una sonrisa.

¡Nunca le podías pillar!

En una ocasión, en uno de los tantos grupos informales de su empresa, salvó a una mujer de caerse por una azotea.

¡Salió en los periódicos!

Por más que lo intentaran otros, ahí estaba su nombre, ¡Iván!, en boca de todos.

Todo cambió, de la noche a la mañana, cuando Maxi entró a trabajar. Era corpulento, vigoroso y altanero, a la par de Ivan.

Maxi e Iván no encajaban, mientras uno era obligado y formal, el otro, Maxi, era disperso y bullicioso.

Un buen día de estos, en la empresa, Maxi estaba discurriendo festivamente sobre el día anterior, a lo cual Iván le reprendió diciendo -¿Cómo puede ser un hombre feliz metiendo tanto la pata? A lo que le contestó airadamente Maxi -Si no puedes seguir mi ritmo cállate.

En aquel momento cambió la cara de Iván, todo era ritmo para él en la vida. Sintiéndose sumamente acomplejado, le fue a dar un puñetazo en la cara, con tan mala suerte que se fue a dar en un plástico cristalizado y se hirió profundamente la mano.

La pelea terminó por KO técnico. Iván perdió sus tres puntos: sinceridad, destreza y fama. Desde ese momento se le conoce como el agrio, porque su recuerdo se agrió como él, en esa sección perdida. Pero no te preocupes, porque mañana saldrá del trabajo, para nunca volver.

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