Oxycominia

Hoy voy a hablar del honor, como pudiera darse a entender.

"Las instalaciones eran completamente nuevas e inmaculadas, pero tenían algo de indecente, pensó el ingeniero. Sus compatriotas detestaban el fuego y, por la clase de objeto para cuya fabricación se había construido aquella dependencia, sentirían autentica aversión. Lo tenia metido en el cerebro. Era como el zumbido de un mosquito -algo muy improbable que estuviese allí, ya que cada molécula del aire de aquella estancia aséptica pasó por el mejor sistema de filtrado que su país era capaz de diseñar-. La extraordinaria competencia de sus colegas era motivo de orgullo para aquel ingeniero, especialmente porque él era uno de los mejores. No le cabía duda de que era ese orgullo lo que lo sostenía, olvidándose del zumbido mientras inspeccionaba la maquinaria destinada a la fabricación. Al fin y al cabo, si los americanos podían hacerlo, igual que los rusos, ingleses, franceses y chinos, e incluso que los hindúes y paquistaníes, ¿por qué no ellos también? Podía considerarse como una manera de equilibrar las cosas" (Tom Clancy -Deuda de honor-).

Según Cicerón, el honor es el respeto que se le da a alguno, por empleo, dignidad, clase o elevación. Según Virgilio es premio, recompensa; adorno u ornato; también, según él, tiene que ver con las víctimas, sacrificio y con lo ritual de los sepulcros y exequias. Es para recordar la frase "Honorem silvis aquilo decussit" para todo lo que tenga que ver con majestad, ya que el honor tiene que ver con lo inánime.

De todo esto, podemos sacar las siguientes conclusiones (Lucas 11, 37-54), el honor consta de:
      ->Una parte aparentemente viva (victima, sacrificio, premio, recompensa, empleo, dignidad, clase o elevación).
      ->Una parte muerta o de respeto (adorno, ornato, sepulcro o exequias).

Por eso, más que trabajar con dignidades u honores, creo más acertado el desarrollo, acerca del honor, de Lao-Tsé.

"No glorifiques a los hombres de mérito para que el pueblo no se pelee. No estimes los tesoros buscados para que el pueblo no los robe. No exibas lo que llama a envidia para que no se enturbie tu alma.
El gobierno del santo consiste en vaciar el espiritu del pueblo, en llenar su estómago, en debilitar su ambición, en fortalecer sus huesos.
El santo actúa de manera que el pueblo no tenga saber ni deseo y que la casta de la inteligencia no se atreva a actuar. Practica la no-acción, todo permanecerá en orden".

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