Me gustaría compartir con vosotros un extracto, de un problema, del cual me acabo de enterar que existe (en mis tiempos se le llamaba timidez).
"Las características de las personas que tienen dificultad para sentirse cómodas en la intimidad y desarrollar vínculos afectivos estables, varían. Unas manifiestan rasgos de lo que en psiquiatría llamamos temperamento esquizoide. Son individuos que desde la adolescencia muestran una tendencia general al distanciamiento social y a restringir la expresión de los sentimientos en plano de las relaciones. No tienen amigos íntimos o personas de confianza y suelen preferir actividades solitarias. Otro grupo más reducido pero con enorme dificultad para relacionarse está compuesto por personas que sufren trastornos infantiles del desarrollo neuropsicológico del tipo del autismo pero más suaves -como el síndrome de Asperger, descrito por el psiquiatra austriaco del mismo nombre-. Una vez adultos, los afectados gozan de una inteligencia normal o incluso superior, pero carecen de los atributos emocionales necesarios para establecer relaciones afectivas. Sin ser conscientes de su condición, no conectan ni sienten empatía por los sentimientos de los demás. Tampoco expresan físicamente lo que sienten, tienden a no mirar a los ojos a sus interlocutores y muestran comportamientos excéntricos. Con frecuencia suelen tener gran dificultad para identificar, entender y describir con palabras las emociones, tanto las propias como las de los demás. Este problema fue bautizado hace tres décadas con el término "alexithymia" -del griego alexi (falta de palabras) y thymos (emoción)" (Luis Rojas Marcos; Convivir, alergia a la proximidad).
Les dedico esta canción, a los que piensen que todo es una enfermedad de carácter continuo. Mi frase, para los enterados, "más vale guardar, que mil años de malestar" y el refrán, "cortesía y bien hablar, cien puertas abrirán".
"Las características de las personas que tienen dificultad para sentirse cómodas en la intimidad y desarrollar vínculos afectivos estables, varían. Unas manifiestan rasgos de lo que en psiquiatría llamamos temperamento esquizoide. Son individuos que desde la adolescencia muestran una tendencia general al distanciamiento social y a restringir la expresión de los sentimientos en plano de las relaciones. No tienen amigos íntimos o personas de confianza y suelen preferir actividades solitarias. Otro grupo más reducido pero con enorme dificultad para relacionarse está compuesto por personas que sufren trastornos infantiles del desarrollo neuropsicológico del tipo del autismo pero más suaves -como el síndrome de Asperger, descrito por el psiquiatra austriaco del mismo nombre-. Una vez adultos, los afectados gozan de una inteligencia normal o incluso superior, pero carecen de los atributos emocionales necesarios para establecer relaciones afectivas. Sin ser conscientes de su condición, no conectan ni sienten empatía por los sentimientos de los demás. Tampoco expresan físicamente lo que sienten, tienden a no mirar a los ojos a sus interlocutores y muestran comportamientos excéntricos. Con frecuencia suelen tener gran dificultad para identificar, entender y describir con palabras las emociones, tanto las propias como las de los demás. Este problema fue bautizado hace tres décadas con el término "alexithymia" -del griego alexi (falta de palabras) y thymos (emoción)" (Luis Rojas Marcos; Convivir, alergia a la proximidad).
Les dedico esta canción, a los que piensen que todo es una enfermedad de carácter continuo. Mi frase, para los enterados, "más vale guardar, que mil años de malestar" y el refrán, "cortesía y bien hablar, cien puertas abrirán".
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