Equilibrio perfecto

Dar una respuesta fácil al problema más complicado es a veces solución de unos pocos. Las soluciones siempre vienen contrahechas porque las más probas son normalmente las que más duelen.

En este árbol de sinsabores se encuentra nuestro gancho, ese gancho que nos permite dar mejor encuentro a todos los litigios de nuestra tórrida existencia. Si compruebas cual es, te llevaras la alegría de que no sabes de que te están hablando...

¿Pero a qué me estoy refiriendo?

Pues me refiero a lo inesperado. Que es lo que mejor nos sienta, que es lo que mejor te sienta y a la vez es tu peor perdición. Súbita alegría y súbito estrangulamiento de tu ser. Inesperada fragancia de hedor o melosa sutileza del escribiente.

Si dar forma pudiéramos a lo inesperado, no tendría forma, no al menos instantánea o consciente pero si sutil y pudorosa. En un libro y en las formas "de Dios sabiduría a vuestro corazón para juzgar a su pueblo con justicia, y que no se desvirtúen los valores de los padres ni su gloria en sus generaciones" (Eclesiástico 45; 26).

Y es que de lo inesperado, es donde surgen las mejores historias las peores debacles y donde nacen los verdaderos hombres y mujeres sabios.

No le pierdas el respeto a una sorpresa nunca...

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