Una desgracia por antonomasia

Es de sobras recurrida mi teoría de que la vida nos maltrata y además como si fuera una gazapina. Y es que como bien dicen los refranes: "todas las horas nos maltratan, y la última nos mata" y "son más los días que las alegrías", es más fácil encontrar una pena que una alegría.

Osea que si esperas un gasajar súbito y repentino de alguien, te equivocas de vida, existencia y forma de hacer las cosas. Si te esperas que esto sea un desmadre, lo más seguro es que te desmadres de una forma irrevocable y se torne en desgracia. Si te esperas una "fiesta suprema" lo más seguro es que al final te encuentres con un trabajo que hacer después y sea menos gratificante que la fiesta.

Pues si señores, la vida es ingrata a más no poder. Ingrata será siempre. Pero como bien dijo Carl Sagan la primera virtud es la duda, la segunda podría decir que es la habilidad para resolver esa duda.

Osea, es de sobras entendido que el primer gran escollo es superar esa duda, el segundo gran escollo es superar la pregunta "¿es la vida ingrata?", cosa que ya he ayudado a resolver. Por último, viene mi momento más epicureo ¿Cómo hayamos el placer?

Unos dirán que en las cosas pequeñas otros dirán que en grandes metas. Yo simplemente digo que imagines, que la imaginación no es cara y sobretodo, que recuerdes, que recordar es un ejercicio harto difícil para todo el mundo y 100% gratificante.

Te darás cuenta de que por lo menos tienes una pequeña "isla de los buenos recuerdos" entre tanto sufrimiento. Puede que entonces te des cuenta de que estás vivo.

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