Esta historia viene a explicar según el Lie Tse, porqué no podemos conocer a personas que son diferentes a nosotros.
"Había cuatro personas que compartían una casa. Juntas comían, hacían las tareas domésticas e incluso jugaban, pero cada una de ellas tenía una personalidad muy diferente. Una de ellas era estudiosa y seria, otra era inquieta, otra despreocupada y la cuarta tenía un mal carácter. Aunque pasaban mucho tiempo juntas, hacían las cosas a su manera y no se entendían entre sí, ya que cada una de ellas afirmaba ser más inteligente que las demás.
Había otro grupo de cuatro personas que vivían juntas y hacían muchas cosas en común. También eran muy diferentes de naturaleza. Una de ellas era elocuente y de hablar superficial, otra era ruda y franca, otra obstinada y rígida, y la cuarta era complaciente y flexible. Aunque vivían juntas durante una gran parte del tiempo, cada una hacía las cosas a su manera y nunca se molestaban en aprender cómo lo hacían las otras, ya que cada una de ellas afirmaba ser más capaz que las demás.
Había otro grupo de cuatro personas que compartían una casa y pasaban mucho tiempo juntas. También eran muy diferentes en su forma de ser. Una era habilidosa, otra orgullosa, otra silenciosa y la última discutidora. También iban a lo suyo y nunca escuchaban a los demás, porque creían que estaban mejor dotadas que nadie.
Otras cuatro personas vivían juntas. Una de ellas era escurridiza, otra inconstante, otra osada y la última tímida. También hacían las cosas a su manera y no querían aprender una de otra. Al final de su vida seguían sin entenderse y todas ellas se creían más virtuosas que las otras.
Había otro grupo de cuatro personas que tenían características diferentes y que vivían en la misma casa desde hacía mucho tiempo. Una era extravertida y sociable, otra confiable, otra era autoritaria y la última solitaria. A pesar del tiempo que pasaban juntas, nunca se conocieron entre sí, ya que cada una de ellas afirmaba saber la mejor forma de aprovecharse de las oportunidades.
Todas estas personas tenían diferentes naturalezas. A primera vista, puede parecer que eran engreídas porque no querían entender a quienes tuvieran diferente actitud. Pero, por otra parte, si lo hubieran intentado, ¿cómo podrían haberlo logrado? O ¿habrían reconocido amablemente las diferencias recíprocas, fingido que se entendían unas a otras y después habrían seguido haciendo las cosas a su manera?
Cada individuo es diferente y cada uno sigue su propio camino en la vida. ¿Por qué no ser íntegros y aceptar nuestras diferencias? ¿Por qué pretender entender cuando no lo hacemos? Es muy raro el que dos individuos puedan comunicar directamente con el corazón y la mente, como Po-ya el tocador de laúd y su amigo Chung Tse-chi, o el maestro arquero Fei-wei y su discípulo Chi-chang, o los amigos Kuan-chu y Pao Shu-ya" (Lie Tse; No podemos conocer a personas que son diferentes de nosotros).
Lo cual es, desde mi punto de vista, una posición tan valida como el amarás a tu prójimo como a ti mismo, ya que el Lie Tse solo viene a decir que no se intente conocer, no que no se ame a esa persona, lo cuál lo veo muy realista.
"Había cuatro personas que compartían una casa. Juntas comían, hacían las tareas domésticas e incluso jugaban, pero cada una de ellas tenía una personalidad muy diferente. Una de ellas era estudiosa y seria, otra era inquieta, otra despreocupada y la cuarta tenía un mal carácter. Aunque pasaban mucho tiempo juntas, hacían las cosas a su manera y no se entendían entre sí, ya que cada una de ellas afirmaba ser más inteligente que las demás.
Había otro grupo de cuatro personas que vivían juntas y hacían muchas cosas en común. También eran muy diferentes de naturaleza. Una de ellas era elocuente y de hablar superficial, otra era ruda y franca, otra obstinada y rígida, y la cuarta era complaciente y flexible. Aunque vivían juntas durante una gran parte del tiempo, cada una hacía las cosas a su manera y nunca se molestaban en aprender cómo lo hacían las otras, ya que cada una de ellas afirmaba ser más capaz que las demás.
Había otro grupo de cuatro personas que compartían una casa y pasaban mucho tiempo juntas. También eran muy diferentes en su forma de ser. Una era habilidosa, otra orgullosa, otra silenciosa y la última discutidora. También iban a lo suyo y nunca escuchaban a los demás, porque creían que estaban mejor dotadas que nadie.
Otras cuatro personas vivían juntas. Una de ellas era escurridiza, otra inconstante, otra osada y la última tímida. También hacían las cosas a su manera y no querían aprender una de otra. Al final de su vida seguían sin entenderse y todas ellas se creían más virtuosas que las otras.
Había otro grupo de cuatro personas que tenían características diferentes y que vivían en la misma casa desde hacía mucho tiempo. Una era extravertida y sociable, otra confiable, otra era autoritaria y la última solitaria. A pesar del tiempo que pasaban juntas, nunca se conocieron entre sí, ya que cada una de ellas afirmaba saber la mejor forma de aprovecharse de las oportunidades.
Todas estas personas tenían diferentes naturalezas. A primera vista, puede parecer que eran engreídas porque no querían entender a quienes tuvieran diferente actitud. Pero, por otra parte, si lo hubieran intentado, ¿cómo podrían haberlo logrado? O ¿habrían reconocido amablemente las diferencias recíprocas, fingido que se entendían unas a otras y después habrían seguido haciendo las cosas a su manera?
Cada individuo es diferente y cada uno sigue su propio camino en la vida. ¿Por qué no ser íntegros y aceptar nuestras diferencias? ¿Por qué pretender entender cuando no lo hacemos? Es muy raro el que dos individuos puedan comunicar directamente con el corazón y la mente, como Po-ya el tocador de laúd y su amigo Chung Tse-chi, o el maestro arquero Fei-wei y su discípulo Chi-chang, o los amigos Kuan-chu y Pao Shu-ya" (Lie Tse; No podemos conocer a personas que son diferentes de nosotros).
Lo cual es, desde mi punto de vista, una posición tan valida como el amarás a tu prójimo como a ti mismo, ya que el Lie Tse solo viene a decir que no se intente conocer, no que no se ame a esa persona, lo cuál lo veo muy realista.
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