¿Cómo elegir sabiamente a los amigos?

Nunca pensé que en el código del samuray encontrase mayores afirmaciones que estas.

Para un samuray que está al servicio de alguien es de extrema importancia que se asocie y haga amistad sólo con aquellos de sus compañeros que son valientes, cumplidores del deber, sensatos e influyentes. Pero como hombres de esta clase no son muy numerosos, puede que sólo encuentre uno entre varios amigos en el que pueda confiar totalmente en tiempos de necesidad. En general, no es deseable para un samuray hacer ningún amigo íntimo entre aquellos con los que se encuentra a gusto y con los que prefiere comer y beber y salir de correrías. Porque si descubre un espíritu bondadoso y hace una gran amistad con él, pensando que será un compañero inseparable y divertido, puede fácilmente llegar a comportarse de una forma totalmente inapropiada a su clase, tratándose mutuamente sin ninguna ceremonia, dejándose recostar inelegantemente uno contra el otro, pasando sus noches cantando a voces en baladas joruri, utilizando términos demasiado familiares para dirigirse el uno al otro, aparentemente muy íntimos en un momento y que, al momento siguiente, por insistir en alguna bagatela, podrían provocar el reñir y no hablarse. A continuación pueden reconciliarse rápidamente sin emplear siquiera los buenos oficios de un conciliador como es habitual. Esta despreciable falta de dignidad muestra que, aunque externamente algunos puedan parecer samuráis, su espíritu es como el de los jornaleros (Daidoji Yuzan; El código del samuray).

Todo tiene sus tiempos y sus protocolos, los hay que los saben guardar y los hay que no.

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