Lo que no te planteas con tal de no hacerlo...

Hoy no vengo a hablaros de las tareas ingratas que tiene la vida sino de ese momento en el que dices: "¡Qué lo haga perry!". Ese momento en el que tenías una pila de faenas que hacer que se quedan reducidas a cero. Y bien, es una forma más de quitarte faenas.

Es como decirte a ti mismo, "bien amigo, no te correspondía a ti ese trabajo". Lo más gracioso es que por lo general no hay nadie que después haga tu trabajo, y como es obvio, se queda sin hacer.

Después de darle vueltas y vueltas a la cabeza terminarás haciéndolo de mala gana o aprisa y corriendo.

Luego siempre esperas una palmadita en la espalda para consagrar tu triunfo, pero no la recibes, porque la mayoría de las personas que te apoyaban para hacer ese trabajo están hasta las narices de que seas un dejado, con lo cual, esa tarea se convertirá en un engorro cada vez que tengas que hacerla.

Pero no te cuestiones si es un engorro o no, si te han chafado el momento o no, la tienes que hacer y solo quedará que la hagas.

Hay otra serie de tareas que puedes elegir hacer, pero que después no notarás tus efectos de mala gana y es "colaborar con buenas causas". Nadie te dirá que lo has hecho mal, ayudes temprano o tarde, lo único que quedará será tu buena o mala imagen de cara a los demás y tu buena o mala conciencia sobre tu actuación en estas. Lo que está claro es que la mejor actuación que puedas tener salvará muchas vidas.


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