Auto-conocimiento

Vamos a hacer un esfuerzo por sincerarnos todos y hagamos por recordar, cuando nos hemos tomado por última vez un tiempo de meditación lógico y sensato.

En ese tiempo de meditación lo que hacemos muchas veces es estar tranquilos y dejando de pensar paulatinamente, nos colocamos en posición de dormir hasta que nos dormimos. Pero extrañamente esos son los 5 o 10 minutos más lucidos que has tenido y se te pasan todo tipo de ideas que por lo general no habías tenido hasta el momento.

Es curioso, todas las meditaciones que no te salían en ese momento te salen. Pero salgamos de la función de dormir y centrémonos más en ese estado preparado de la mente que antecede al sueño.

Nos damos cuenta de que respiramos y en esa respiración, nos encontramos que los dolores y las inseguridades están ahí. Con voz calma hacia nosotros, paulatinamente los vamos dejando en un segundo plano, respiramos cada vez más aliviados.

Poco a poco vamos notando lo que nos rodea: picores, sonidos ambientales, los acompañantes que tengamos en la casa. ¡Y de repente! Un hilo de pensamiento claro, apareciendo entre la maraña de sensaciones, este pensamiento es tibio y brillante, como el agua de la fuente al medio día.

Ahí estas tú, deleitándote con el pensamiento más fantástico que puede dar tu mente. Los siguientes minutos ya no notas nada de lo que te sucede a tu alrededor, estás tu y ese pensamiento claro.

Piensas del pasado, del presente y del futuro, la lógica de las cosas no se te escapa, te sientes volar. Tu cuerpo te abandona entre infinitos retazos de claridad.

Llegas a una conclusión, el agua a penetrado en ti y de repente notas un entumecimiento, el pensamiento o agua sois uno y no tiene sentido que sigáis quietos, pues como el agua, todo necesita movimiento.

Te despiertas suavemente, empiezas a notar todo a tu alrededor y la ligereza de notar que todas tus preocupaciones y problemas han desaparecido y tardarán en volver.

"Como una ciudad fronteriza, bien custodiada por dentro y por fuera, guárdese uno a si mismo. Que no descuide la oportunidad; para aquellos que descuidan la oportunidad, habrá nacimiento en un doloroso estado" (Buda; Dhammapada -Estado de desgracia-).

La mejor meditación, para mi, es la que te aleja del dolor y te centra en una visión más correcta de ti.

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