No hay peor cosa para la salud que la inactividad, ese periodo de tiempo en el que no sabes o no quieres hacer nada, es como el veneno. Más que como el veneno es como un estribillo de una canción ruidosa que te impele a repetir constantemente el que no quieres hacer nada y que no sirves para determinados trabajos y con eso te quedas.
Con toda la sinceridad del mundo, no basta con que te repitas a ti mismo en forma de contra que tienes que hacer algo, sino más bien te tienes que poner a hacer lo que puedas para no caer en vaguedades contigo mismo.
El trabajo es salud, desde el mismo momento en que dejas de trabajar pierdes funciones, osea, que se puede decir que el trabajo es un medio para conservarte sano (ya sea haciendo deporte o cualquier tipo de actividad mental), se podría decir que el trabajo es una virtud de los sanos y debería de servir para sanarte, siempre y cuando no sea una tarea u obligación de riesgo.
"Por eso les digo: No se preocupen por su vida, qué comerán o beberán; ni por su cuerpo, cómo se vestirán. ¿No tiene la vida más valor que la comida, y el cuerpo más que la ropa? Fíjense en las aves del cielo: no siembran ni cosechan ni almacenan en graneros; sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que ellas?" (Mateo 6:25-26).
Con toda la sinceridad del mundo, no basta con que te repitas a ti mismo en forma de contra que tienes que hacer algo, sino más bien te tienes que poner a hacer lo que puedas para no caer en vaguedades contigo mismo.
El trabajo es salud, desde el mismo momento en que dejas de trabajar pierdes funciones, osea, que se puede decir que el trabajo es un medio para conservarte sano (ya sea haciendo deporte o cualquier tipo de actividad mental), se podría decir que el trabajo es una virtud de los sanos y debería de servir para sanarte, siempre y cuando no sea una tarea u obligación de riesgo.
"Por eso les digo: No se preocupen por su vida, qué comerán o beberán; ni por su cuerpo, cómo se vestirán. ¿No tiene la vida más valor que la comida, y el cuerpo más que la ropa? Fíjense en las aves del cielo: no siembran ni cosechan ni almacenan en graneros; sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que ellas?" (Mateo 6:25-26).
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