Seres de piedra,
diminutos y en yedra
colocan los parpados en hilera.
Como en suave armonía dispusieras,
resplandor de miles de luces que hieran.
Tu que sabes, cautivame,
dame vaporosa energía,
sorpréndeme para no dormirme,
rápida y enérgica fantasía.
Tu que eres reino de esencia,
muéstrame que una vida puede valer,
tu que cautivas con tu presencia,
déjate sentir, déjate ver.
Te pido universo, la ley del amor,
sin protesto, sin fin.
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