Piensen queridos, piensen...

Leyendo "Espacio Revelación" de Alastair Reynolds, me surgen muchas preguntas a cerca de lo que son las relaciones humanas y de su futuro, pero lo que está claro es que nuestro destino está más allá de las estrellas, "del mismo modo que un chamán moldea espíritus del aire con sus dedos". Y es que en el mismo momento en el que nos erigimos como constructores de nuestros sueños es cuando pasamos a ser humanos.

No obstante, lo nuestro tiene un componente de fracaso y en esto se basa, la mayoría de las ocasiones tiende a lo que los amarantinos no supieron controlar y es que siempre hay un organismo más poderoso que nosotros, algo que lo invade todo como un virus. Puede ser un pensamiento, una tecnología o una forma de vida, pero lo que está claro es que todo es superable por el lado oblicuo a su genialidad.

Mientras más perfectos seamos y más historia acumulemos, mayores serán los retos y por lo tanto mayor será el potencial de fracaso.

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