Curiosa reflexión a cerca de los títulos, la escala de valores, la humildad, la corrupción y la felicidad

"Yang-chu estaba viajando por el reino de Lu y se alojó en casa de su amigo Meng. Un día, Meng preguntó a Yang-chu: ¿Por qué las personas no están satisfechas con lo que tienen? ¿Por qué quieren reconocimiento social?
Yang-chu respondió inmediatamente: Porque el reconocimiento social puede ayudarlas a hacerse ricas.
¿Por qué después de que se hacen ricas siguen sin estar satisfechas?
Después de obtener la riqueza, se desea tener poder político.
Pero cuando tienen poder político, siguen sin estar satisfechas.
En ese momento quieren asegurar las cosas para cuando mueran.
Cuando mueres, lo dejas todo. ¿Para qué sirve planificar las cosas que sucedan después?
Se preocupan del futuro de sus nietos.
¿Cómo puede un nombre y un título afectar el bienestar de tus descendientes?
Yang-chu explicó: La gente cree que si tiene una buena reputación, sus descendientes serán respetados. Sin embargo, la mayoría de las veces las personas que dejan un buen nombre son aquellas que están cansadas de cuerpo y mente, pero que han vivido una vida honrada. La honradez y las riquezas no suelen ir de la mano. Así pues, el hombre honrado que es socialmente reconocido como persona virtuosa es frecuentemente pobre. De igual modo, una persona humilde puede obtener respeto en su comunidad, pero no ascenderá en rango y poder político.
Por tanto, aquí tenemos una paradoja. La honradez y la humildad no te darán poder y rango aunque puedan darte reputación. Por otra parte, para ser rico y poderoso, tienes que sacrificar algo de honradez y de humildad y, tal vez, perder tu reputación como persona virtuosa. Muchas personas pasan su vida estancadas en este dilema.
Meng creyó que había entendido a Yang-chu, y comentó: Creo que veo lo que quieres decir. Observa a Kuan-chung. Cuando era primer ministro del reino de Chi, era lujurioso cuando el rey era lujurioso y derrochador cuando el rey era derrochador. El ministro y su señor tenían el mismo corazón y mente. Así que Kuan-chung se llevaba muy bien con el rey y se convirtió en el segundo hombre más poderoso del país. Pero hoy día, sus descendientes no son más respetados que un ciudadano ordinario. Por otra parte, otro ministro llamado Tien-heng era humilde cuando el rey era arrogante y generoso cuando su rey era codicioso. El ministro y su señor no se llevaban muy bien, pero su popularidad ganó el corazón del pueblo y este le hizo rey. Ahora, sus descendientes disfrutan la prosperidad del reino de Chi.
Por ello, el hombre que en estos momentos tiene poder tal vez no deje un buen nombre tras de sí, pero el hombre que quizá sea pobre hoy acaba teniendo una buena reputación después.
Yang-chu respondió: Has captado mi pensamiento. No se trata de que ser humilde y pobre ahora te aporte reconocimiento después, ni que ser poderoso ahora te deje un mal nombre. La gente cree que o bien obtienes poder y reconocimiento social ahora y abandonas tu buena reputación para siempre, o que sufres y te sacrificas ahora y obtines una buena reputación para después. Yo digo que ninguna de las dos cosas vale la pena. Los antiguos afirmaban que un nombre no significa nada y que los titulos están vacíos. ¿Piensas que los emperadores Yao y Shun abdicaron porque eran virtuosos? Su reputación realmente aumentó después de que perdieron su reino. Si no hubiera habido nada que obtener, estoy seguro de que ninguno de ellos habría abdicado. ¿Piensas ahora que tener reputación o buen nombre en la historia tiene algo que ver con ser virtuoso? No solo no vale la pena perseguir un nombre, sino que realmente no tiene sentido.
Considera a los eremitas Po-yi y Shu-chi. Se negaron a servir al señor enemigo y se murieron de hambre en las montañas. Ambos se convirtieron en héroes y fueron considerados como hombres de integridad y virtud. Sin embargo, perdieron su vida y sus tierras, y sus descendientes se convirtieron en parias. En este caso, la reputación de estos dos hombres no hizo nada para ayudar a sus hijos y a sus nietos.
Si quieres un nombre y un título, debes sacrificar parte de tu integridad y de tu humildad. Si quieres ser sincero y honrado, no obtendrás mucho reconocimiento social. A veces, tener un nombre comporta ansiedades y cargas de responsabilidad. Así pues, las personas que tienen poder y posición social no suelen ser libres de hacer lo que quieren. Como todo el mundo las está observando, tienen que comportarse del modo que se espera de su reputación. Un solo error y pierden su reputación ganada con tanto esfuerzo. No son exactamente las personas más felices.
Por otra parte, alguien sin posición social ni reputación que mantener puede ser una persona más libre y más feliz. ¿Por qué, entonces, trabajar con tanto esfuerzo para obtener reconocimiento social cuando este solo disminuirá tu libertad y felicidad? (Lie Tse -Un nombre no significa nada y los títulos están vacíos-).

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