Hubo una vez, una persona que me recomendó "dar un paso al frente en la vida" y me recalcó lo siguiente: "ser ambivalente no sirve de nada". Lo cierto, es que cuando he seguido ese consejo, lo único que he obtenido es dolor y sufrimiento y la tan ansiada felicidad que me prometieron con ese consejo no se llegó nunca a materializar.
Bien es cierto que no hay mayor felicidad que la del éxito, pero esta es efímera y los que se enamoran de ella caen en un sueño más terrible que cuantos se puedan argüir como pesadillas.
Preguntándole al mismo hombre sobre lo misterioso de sus palabras, me dijo: "si buscas iluminación prepárate, si te buscas a ti mismo aléjate".
Y es que si, buscar el conocimiento implica preparación y dolor en tu persona, a cambio de miseros momentos de felicidad que recordaremos esporádicamente, buscarte a ti mismo implica alejarte cada vez más de ti y de tus posiciones.
Este es el alcohol de nuestra vida, nos obnubila con sus promesas de felicidad en una siguiente copa, que se difumina en unas horas dejando un indeseable resultado y al que se aleja, lo deja perdido en esta fiesta que se llama vida.
Ser ambivalente te mantiene vivo por poco tiempo, dar un paso al frente solo es bueno dependiendo de tus condicionantes.
La vida es injusta, lo se.
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