Fraude de pocos, entierro de muchos y viceversa

Tal y como titulo, podría empezarse a pensar que soy un individuo que no cumple el refrán español de "quien guardar sabe, de la fortuna tiene la llave", pero nada más lejos de la realidad. Hace un tiempo me leí un cuento de China, pero bien se sabe que la gente no quiere cuentos chinos, así que os propongo someterlo a la "prueba de la verdad", este cuento se llama "la condena que absolvió al reo" y trata, básicamente, de un reo que es culpable de perder un halcón del rey Chi y cómo es condenado a muerte por su falta, pero en el último momento, la hábil condena de un alto funcionario, en su contra, alegando que su acción y su condena serían perjudiciales para el rey y el reino entero, hizo que el monarca Chi diera por nula la condena.

Por más que pueda parecer, parece un cuento sencillo con una moral algo antigua, pero cambiemos al pobre rey Chi por la red de internet o por cualquier otra nación del mundo con un "sistema social" moderno, el ejecutado con la "pena capital" siempre seríais vosotros y el hábil funcionario que os intentase salvar o condenar (en el cuento no lo dice), serían vuestras manos. Como se puede también extrapolar de "la riqueza de las naciones" (Adam Smith; Libro IV, selección VII), el factor tierra es tan barato y el factor trabajo tan caro, que bien se cumple el refrán español de "fortuna, la mejor o ninguna" o "lo que escasea, se desea" (lo que tradicionalmente se conoce como inflación), esto quiere decir que si hay escasez de capital la gente inteligente hará su agosto. Por eso, aunque suene mal, el refrán "quien sin dar ofrece, nunca empobrece" se ciñe perfectamente a lo explicitado por el monarca, aunque en dinero contante y sonante o por internet pueda quedar mal, sobretodo por internet para alguna gente determinada, sin sentido, queda mal por falta de sesera, ya que si este es un medio esclavista, ofrecer sin dar, es la mejor opción que se te puede plantear.

De ahí que diga, que al igual que el fraude de pocos, es el entierro de muchos, sea también el fraude de muchos, el entierro de pocos, si por entierro entendemos trabajo.

Ahora, sigue pensando que la libertad no te prueba.

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