Gente sencilla, sentidos complejos.

Sed sinceros con vosotros mismos, ¿quién se acuerda de como eran las tardes de nuestra infancia y adolescencia? La verdad es que cada uno tendría sus tardes y su propia historia personal, pero en todas consideraréis que al principio primaban más los sentimientos originales y la propia consciencia, que la libertad o los medios tecnológicos.

Pues bien, estaba yo leyendo a Confucio, hoy y me di cuenta (analecta 7.27: "El Maestro pescaba con caña, no con red. Cuando cazaba, nunca disparaba a un pájaro en reposo"), que la verdadera variedad, está en lo más primigenio, como son las actividades de nuestra propia supervivencia, y es ahí cuando se muestra en todo su esplendor nuestro abanico de habilidades verdaderas y nuestro kit de supervivencia.

Pescar, de uno en uno, con una caña, es como ligar con una mujer (en mi caso) o con un hombre cuando os presentan en un grupo, es un juego de atracción, en el que la dignidad y la venustas (refiriéndome a la belleza) juegan un papel primordial, ese arte es imprescindible para relaciones humanas sublimes. Las relaciones por internet o en los medios escritos, son como lanzar una red en busca de muchos peces, nunca llegarás a ser un experto pero te hartarás de comer peces, lo cual te vuelve un avaro y, ya se sabe que "la avaricia rompió el saco".


En cuanto a la libertad, es como un pájaro, a la gente poco hábil le apetece disparar cuando esta, la libertad, no se mueve, ya que es relativamente fácil conocer las cosas cuando están quietas, sin embargo, es de auténticos expertos catar la libertad cuando esta está en movimiento, haciendo mucho más placentero el disfrute de esta una vez conseguida.

Por eso, la filosofía es algo que se debe de experimentar día a día y los estándares morales, algo que debe de ser móvil con el paso del tiempo y según que persona.

O ¿es que acaso no eres capaz de distinguir entre pez y ave?


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