Hablemos de generosidad

La generosidad es algo que nace espontáneamente, hasta ahí parece que todos estaremos de acuerdo, pero más allá de lo que pueda parecer, esta tiene siempre sus motivos y a motivos siempre hay quien gana. Siendo consecuentes con nosotros mismos llegaremos a la conclusión, algo precipitada, de que mientras más tienes más generoso eres, cuando es al contrario, cuanto menos tienes más das. Ese tipo de generosidad se llama caridad.

Esto se puede aplicar a todos los ámbitos de la vida, el que es diligente con los que tiene en su esfera de intenciones es generoso, porque te está dando tiempo para que disfrutes de tu vida lo más posible, ya que esta es, en número de tiempo, cada vez menor y no se adapta con facilidad a todo tipo de disyuntivas y especulaciones matemáticas que se puedan inventar en estas modernas sociedades. Ese tipo de generosidad se llama eficacia.

Por ejemplo, es de ser generosos el sacar al mercado dispositivos móviles suficientemente grandes como para que los dedos en este dispositivo puedan caber sin el menor resquicio al error o para su correcta visualización. También el tiempo es generoso con la gente, lo que era una manifiesta injusticia se puede revertir en una justicia paulatina, para los intereses que tengas, de acuerdo con la esperanza que manifiestes (es así por ejemplo con las víctimas del terrorismo). Ese tipo de generosidad, se llama justicia.

Todo se manifiesta en la admiración y lo que los franceses llaman quête, que son las naturales vías para hallar las cosas que más quieres y no al revés, "el saber por el saber". Pero esto, ya lo decía Aristóteles hace más de 2000 años, el saber sin motivación es contraproducente y a todos los niveles dañino. Eso, es generosidad con uno mismo.

Por lo tanto, estoy de acuerdo con lo que dice Confucio en su analecta 2.20 (El señor Ji Kang preguntó: "¿Qué puedo hacer para que el pueblo sea respetuoso, leal y aplicado?" El Maestro respondió: "Acércate a él con dignidad y éste será respetuoso. Sé tu mismo un buen hijo y un padre bondadoso, y el pueblo será leal. Eleva a los buenos y entrena a los incompetentes, y todos cumplirán su deber con celo"). El respeto, la lealtad y la aplicación son otro tipo más de generosidad.

Siendo consecuentes, no obstante, somos generosos más de lo que nos podemos imaginar. No lo somos, cuando no compartimos y liquidamos los asuntos sin generosidad, osea, sin energía, por lo tanto, como dice el refrán, "es de bien nacido ser agradecido". Por lo tanto, una flor que huela bien, un vino que no deje resaca y sea suave o una Coca-cola o Pepsi que no te provoquen un insomnio crónico, son generosas.

Y ahí va mi reflexión: "Rechazad todo aquello que no sea generoso a la larga". Porque al igual que en el cuento oriental de la "generosidad", esta empieza por reconocer que no se es el más generoso por título, sino por vigor y entrega.

Pueden pasar años en 7 horas, pero en 3 segundos terrestres decidirse tu suerte generosamente.

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