Hoy me gustaría, con vosotros, repasar dos relatos que a buen seguro os darán qué hablar, todos ellos relacionados con la palabra latina deflocco, que viene a ser "gastar o consumir", ya que estas son las fechas en las que lo gastamos todo con la argéntea necesidad de ser recordados otro año más (inclusive yo).
"La primera parábola. Cuando se reúna la congregación de los justos y los pecadores sean juzgados por sus pecados y desaparezcan de la faz de la tierra.
Y cuando el Único que es justo esté a la vista de los ojos de los justos, cuyas obras conoce perfectamente el Señor de los Espíritus, y se muestre la luz a los justos y a los elegidos que moran en la tierra, ¿dónde estará, entonces, la morada de los pecadores, y dónde el refugio de aquellos que han negado al Señor de los Espíritus? Más les hubiese valido no haber nacido.
Cuando se revelen los secretos de la justicia y sean juzgados los pecadores, y los impíos apartados de la presencia de los justos y los elegidos, los que poseen la tierra no serán enaltecidos más tiempo ni tampoco tendrán poder; y no podrán contemplar el rostro de los santos, pues el Señor de los Espíritus ha desvelado Su luz sobre los rostros de los santos, los justos y los elegidos.
Entonces, los reyes y los poderosos perecerán y los entregarán en manos de los justos y los santos.
Y desde ese momento en adelante nadie pedirá para sí misericordia al Señor de los Espíritus. Pues su vida ha llegado al final" (El libro de Enoc; 38. El juicio que recaerá sobre los inicuos).
El siguiente cuento, es profundo, también lo acompañaré con una imagen, que espero que os haga pensar (si podéis).
"Un joven discípulo se acercó a su maestro y le preguntó:
-Señor, como podemos huir de la rutina: todos los días nos vestimos, comemos...
El maestro contestó:
-No vestimos y comemos.
-No comprendo -dijo el joven.
-Si no comprendes, ponte ropa y come -respondió el maestro" (Rutina o conciencia).
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