Todos al grito de ¡Evan!

Muchos os preguntaréis a estas alturas que significa "evan", pues bien, era uno de los sobrenombres que se le daba a Baco, dios de las fiestas que venía del verbo latino evanesco, que viene a significar: desvanecerse, desaparecer, disiparse, aniquilarse, evaporarse, desvirtuarse o perder su fuerza. Era también el grito de las Evans o sacerdotisas de Baco, que decían sin tapujos para darse más vigor ante la vida, que para ellas era la fiesta, ya que en lo poco vigoroso parecía que se encontraba el éxito de la longevidad (aunque algunas apostaran por lo más duro).

Con este tipo de exclamaciones se puede antever ciertos mecanismos de conducta sociales, como por ejemplo los de las fiestas. Más bien es cierto, que el otro día vi Exodus y en ella se explicitan los mandamientos de la ley de Dios y uno de ellos es: "Santificarás las fiestas" y bien es cierto, que este mandamiento de la Ley de Dios es tan certero hoy como hace 3000 años, porque las fiestas pueden tomarse desde el lado santo de la vida, osea, el punto para ver y averiguar por donde va cada uno en la vida y su persistencia o como la forma de ponerte a prueba ante los demás en forma e ingenio para ganar algo.

Si no fuese así y todos siguiésemos la senda judeo-cristiana de santificar las fiestas, no existirían, ni la moderna industria del videojuego, fiestas discotequeras, dj's, youtubers, Facebook y otras tantas cosas con fin lúdico-propagandístico.


Porque ya lo decía el rap: "Abran paso al Santo, nada que ver con alto cristiano"... 

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