Vida, poema al árbol de Navidad

Dime, ¡oh mujer líquida!
que de sólidos andares
plantas abetos por templada.

Sepárate de tu forma
castigada por el hierro
rápido y que infama.

Más en buen día te libras
del indecoroso castigo
a la conciencia abras.

Corazones de plástico y mimbre
a tus pies, como almohada
albarda sobre albarda, herrumbre.

Comentarios