Lecciones de economía capital sobre las relaciones sociales y el liderazgo

"A parte del hecho fundamental de no poder extenderse la comunidad de colectivismo sino hasta donde llegue o pueda crearse la unidad de propósito de los individuos, varios factores contribuyen a reforzar la tendencia del colectivismo a hacerse particularista y cerrado. De éstos, uno de los más importantes radica en que, como la aspiración del individuo a identificarse con un grupo es muy frecuentemente el resultado de un sentimiento de inferioridad, su aspiración sólo podrá satisfacerse si la condición de miembro del grupo le confiere alguna superioridad sobre los extraños. A veces, al parecer, es un aliciente más para sumergir la personalidad en la del grupo el hecho de que los violentos instintos que el individuo sabe ha de refrenar dentro del grupo pueden recibir rienda suelta en la acción colectiva contra el extraño. Hay una profunda verdad en el título del libro de R.Niebuhr "Hombre moral y sociedad inmoral", aunque apenas podamos seguir al autor en las conclusiones que extrae de su tesis. Existe, sin duda, como dice en algún lugar, "una creciente tendencia en el hombre moderno a imaginarse que su propia conducta se ajusta a una ética porque ha delegado sus vicios en grupos cada vez más amplios". Cuando actúan en nombre de un grupo, las gentes parecen liberadas de muchas de las restricciones morales que dominan su conducta como individuos dentro del grupo.
La clara actitud antagonista que la mayor parte de los planificadores adopta frente al internacionalismo se explica, además por el hecho de que en el mundo actual todos los contactos exteriores de un grupo son obstáculos para que aquéllos planifiquen eficazmente la esfera en que pueden intentarlo. No es, pues, una casualidad que el recopilador de uno de los más amplios estudios colectivos sobre la planificación haya descubierto con tristeza que "la mayor parte de los "planificadores" son nacionalistas militantes" (Friedrich A. Hayek; Camino de servidumbre; Por qué los peores se colocan a la cabeza).

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