Pedacitos de historia, repetidos en occidente

Es mi intención que conozcáis 3 momentos de idéntica catadura moral, que reflejan el mismo espíritu de perseverancia ante una idea, que a mi juicio muta, pero que sigue siendo la misma, "estado, democracia y república".

"[...] Pues amamos la belleza con economía y amamos la sabiduría sin blandicie; y usamos la riqueza más como ocasión de obrar que como jactancia de palabra. Y el reconocer que se es pobre no es vergüenza para nadie, sino que el no huirlo de hecho, eso sí que es más vergonzoso. Arraigada está en ellos la preocupación de los asuntos privados y también de los públicos; y estas gentes, dedicadas a otras actividades, entienden no menos de los asuntos públicos. Somos los únicos, en efecto, que consideramos al que no participa de estas cosas, no ya un tranquilo, sino un inútil, y nosotros mismos, o bien emitimos nuestro propio juicio, o bien deliberamos rectamente sobre los asuntos públicos, sin considerar las palabras un perjuicio para la acción, sino el no aprender de antemano mediante la palabra antes de pasar de hecho a ejecutar lo que es preciso.
Pues también poseemos ventajosamente esto: el ser atrevidos y deliberar especialmente sobre lo que vamos a emprender; en cambio en los otros la ignorancia les da temeridad y la reflexión les implica demora. Podrían ser considerados justamente los de mejor ánimo aquellos que conocen exactamente lo agradable y lo terrible y no por ello se apartan de los peligros. Y en lo que concierne a la virtud nos distinguimos de la mayoría; pues nos procuramos a los amigos, no recibiendo favores sino haciéndolos. Y es que el que otorga el favor es un amigo más seguro para mantener la amistad que le debe aquel a quien se lo hizo, pues el que lo debe es en cambio más débil, ya que sabe que devolverá el favor no gratuitamente sino como si fuera una deuda. Y somos los únicos que sin angustiarnos procuramos a alguien beneficios no tanto por el cálculo del momento oportuno como por la confianza en nuestra libertad [...] (Tucidides; Historia de la Guerra del Peloponeso, libro II; nº40 -discurso de Pericles-).

"Tras la apertura del país a Occidente, el Bakufu y algunos clanes feudales intentaron acceder al conocimiento occidental y mandaron al extranjero a algunos estudiantes. En 1862 el Bakufu envió 8 estudiantes a Holanda, y en 1863 Choshu envió otros 5 a Gran Bretaña. Entre ellos estaban los futuros líderes Meiji Ito Hirobumi y Inoue Kaoru (1835-1915). En 1864, Satsuma envió 16 estudiantes a Gran Bretaña, al mismo tiempo que algunos decidieron viajar a otros países occidentales por iniciativa propia. En una fecha tan temprana como 1857, el Bakufu creó un instituto de estudios occidentales y lenguas extranjeras, además de enviar al extranjero a algunas delegaciones para dar a conocer Japón. Entre estos delegados se encontraba Fukuzawa Yukichi, que regresó convencido de que Japón tenía que adoptar las practicas e instituciones occidentales, convirtiéndose así en uno de los mayores defensores de la "occidentalización".

La llegada del gobierno Meiji dio un vigoroso impulso a la búsqueda del conocimiento y el saber occidentales. En el Juramento de las Cinco Clausulas, los dirigentes afirmaban que su meta era la búsqueda del conocimiento en todo el mundo. Cada vez eran más los estudiantes que salían a prepararse al extranjero, por lo que se abrieron numerosas escuelas de idiomas y se tradujeron muchos libros occidentales. Los intelectuales y especialistas en Occidente recibían invitaciones para enseñar en las escuelas y colaborar en la modernización de Japón. Los misioneros cristianos también empezaron a llegar al país, una vez levantada la prohibición de su religión.
Entre aquellos que trabajaban por la "civilización y la ilustración" de Japón destaca Fukuzawa Yukichi, escritor de libros sobre Occidente en los que propagaba conceptos liberales occidentales. Algunas de sus obras, tales como "Condiciones en Occidente", "El estímulo del aprendizaje" o "Esbozo de una teoría de la civilización", tuvieron buena aceptación, y su estudio sigue vigente en la actualidad. Influido profundamente por el liberalismo inglés, destacaba la importancia de la educación práctica y científica, así como de la necesidad de desarrollar el espíritu de los conceptos utilitarios y liberales. Se tradujeron las obras de algunos pensadores liberales, entre las que destacan "Sobre la libertad" de John Stuart Mill, y "Autoayuda", de Samuel Smiles, que gozaron de muy buena acogida entre los lectores. Fukuzawa y sus seguidores fundaron una sociedad intelectual, la Meirokusha ("Sociedad Meiji Seis"), y editaron un periódico en general, los productos de la tecnología occidental eran los más apreciados. Una popular canción infantil incluía en su letra las diez cosas más deseadas en el país, a saber: lámparas de gas, máquinas de vapor, carruajes de caballos, cámaras, telégrafo, pararrayos, periódicos, escuelas, correo postal y barcos de vapor, todas ellas se harían habituales en Japón en un breve plazo" (Mikiso Hane; Breve Historia de Japón; La implantación del régimen Meiji; Manifestaciones intelectuales en los primeros años de la era Meiji: civilización e ilustración).

"Una oposición que llevaba trabajando varias décadas preparó los acontecimientos de enero y febrero de 2011. Fue todo menos el azar lo que sacó a millones de egipcios a la calle y les permitió vomitar ese régimen y a quien lo simbolizaba con soberbia y crueldad.
Isaraa Abdel Fattah es una figura destacada de ese movimiento a quien debemos rendir un homenaje especial. Esta joven militante de los derechos civiles, de 28 años, maneja Internet y Facebook como nadie. Cofundadora del movimiento de oposición 6 de Abril, creado en 2008, trabaja en la Academia Egipcia por la Democracia, una ONG financiada por la fundación alemana Friedrich Naumann.
Ella fue quien convocó a través de Facebook a millones de egipcios para que se echaran a la calle y expulsaran a Mubarak. No tardó mucho en verse en la cárcel, donde pasó quince días, por motivos infundados. Hoy, libre, se ha convertido en un símbolo para toda una generación" (Tahar Ben Jelloun; La Primavera Árabe; Egipto, Israa Abdel Fattah).

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