El amor de un ligón visto desde multiples puntos de vista filosóficos

Si en algo estaréis de acuerdo todos y todas, es que el ligón es algo (según mi conocimiento) universal allá donde vayas. Mítica e inspiradora para el pueblo judío, fue la historia de Holofernes y Judit, en el que prevalecieron los deseos de Judit de dar muerte a este, frente a las intenciones del primero de "ligársela", siendo esta, una mujer que se conocía profundamente y amaba a su pueblo, frente al rey de la media luna fértil, el cual se descuidó ante su amor hasta el punto de dejarse asesinar por Judit, prendado de ella, lo cual es una historia en sí trágica que marcó occidente. Otra historia más cercana en el tiempo, pero en el mismo sentido, fue la de "Dentro del laberinto", cuyas frases míticas para los frikis de esta generación, van en el mismo sentido pero no de una manera tan trágica, dejando a Sarah como la chica triunfadora, frente al reducido y amilanado Jareth.

Clave para la introducción de esta exposición, me parecen las palabras de Byung Chul Han en "La agonía de Eros": "El deseo erótico está ligado a una presencia especial del otro, no a la ausencia de la nada, sino a la "ausencia en un horizonte del futuro". El futuro es el tiempo del otro. La totalización del presente como tiempo de lo igual hace desaparecer aquella ausencia que sitúa al otro fuera de lo disponible". Y en aquella "ausencia en un horizonte de futuro" que tiende a lo igual, creo, tenemos al ligón según la forma de ver oriental, expresado perfectamente en el cuento "una historia de amor: La Décima hermana Du", el cual es un cuento que trata sobre la misma temática que las anteriores referencias, pero que mete un sesgo cultural importante, en el sentido de que en vez de ser el hombre el que pierde, como en la cultura occidental, es la mujer la que se quita de en medio por despecho. Este cuento relata como la mujer, que era prostituta, que estaba cansada de ser prostituta, y de recibir honores de los hombres por su belleza y su atractivo sin par, decide ligar con un apuesto estudiante, el cual queda prendado, pero en un lance y ante el temor a lo que dirán sus padres por casarse con una prostituta, la traiciona, siendo esta, la mujer, la que se quita la vida por despecho arrojándose al mar.

El cuento, mencionado en anteriores entradas de manera muy somera, ancla sus raices en dos hexagramas del I-Ching, los números 17 y 18 o lo que es lo mismo Sui y Ku, el primero de ellos simboliza al hombre fuerte que sigue dócilmente a la chica joven o seguimiento, el cual pone que la vida será larga y saludable pero que no se debe de abusar del cuerpo y el amor es meramente sexual, lo cual da la posibilidad de herir sentimientos (eso por parte de la mujer prostituta), el segundo se refiere a reparar lo estropeado o declive, el cual alude a que lo estropeado se ha de cortar de raíz si hay problemas o lo que es lo mismo, eres íntimo pero no fragua el asunto, el tiempo de vida es enfermizo y débil, y las enfermedades graves, en cuanto al amor, pasa de largo.

Es irónico que en mangas como Dragon Ball, la risa de los malvados en los cómics de traducción fuese "Ku", pero esta postura anómala del ligón (en occidente) o lo que califico como amor parasitario tiene su eco en la filosofía más clásica de corte oriental, ya sea la que tiende a la hembra (por ejemplo: Lao-Tse; Tao-Te Ching XXVIII. Sobre todo cuando dice lo de lo femenino asociado al "Barranco") o la que tiende al macho, como es la filosofía de Confucio, en su analecta 6.28, cuando dice: "El Maestro fue a ver a Nanzi, la concubina del duque Ling. A Zilu no le gustó. El Maestro juró: "¡Qué me confunda el cielo si he obrado mal! ¡Que me confunda el cielo!".

Los patrones se repiten, pongas como pongas a la mujer frente al hombre ligón en oriente y todo, posiblemente, a raíz de tradiciones que vinculan a la mujer con una pureza que nos parece inalcanzable en occidente y al cual, muchas chicas parece que se están apuntando creciéntemente, pero que no obstante, conlleva sus riesgos para la identidad sexual femenina y generan un amor parasitario masculino en el caso de que las relaciones sexuales se mantengan.

Tanto la postura occidental del ligón y la mujer y la oriental conviven, generando cierta ambigüedad a la hora del trato, potenciada (eso sí), la visión oriental en nuestra sociedad, a día de hoy, por leyes como la de igualdad y violencia de género, propiciando (eso también), una movilización en genérico hacia posturas como la de Lao-Tse, de corte oriental, siendo que al final del seguimiento, para los que no hemos encontrado pareja, el amor se pudra.



El amor entre un hombre y una mujer es bonito, lástima que esté tan politizado. Oid las dos canciones, no tienen perdida...

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