Hososhi, ¿dónde está el equilibrio?

El equilibrio lo eliges tú, déjate guiar por tu corazón. No hace falta que leas el resto de la entrada.

Hoy día, leer y escribir, en España, es un arte al alcance de todo el mundo y más si utilizas redes sociales. Ingeniosas son las aplicaciones que salen, a menudo, por estos mundos, pero la presencia del "Hososhi" (monstruo devora ritos) sigue presente.

Este monstruo se caracteriza por ser la antítesis de aquel que lo espanta, un anciano vestido con ropas selectas. Pero, ¿dónde se halla el sentido de todo esto? ¿De qué nos puede servir en el día a día? El sentido creo que se haya en un cuento aparentemente sin relación llamado "los gansos y la caligrafía", en el cual, Wang Yizhi (según dice el cuento el más afamado caligrafista chino de todos los tiempos) admiraba a los gansos y cómo, inteligéntemente, un monje budista se gano su confianza para que le hiciera un encargo, "el libro de la moral", a cambio de que le diera a los gansos que con gran astucia había criado, una vez dados, en pocos días le hizo el libro en el monasterio. El hexagrama al que está anclado es el 25, Wu Wang o inocencia (lo inesperado), cuyo trigrama superior simboliza el cielo y el inferior el trueno o dinamismo simbolizando las leyes naturales a las que se debe de hacer caso y poner en juego lo nuestro. Para los negocios, las prácticas comerciales honradas, el deseo solo se consigue siguiendo la norma, los nuevos negocios solo se consiguen siguiendo el curso natural y el tiempo será ventoso. Esto nos puede servir, si hemos llegado a tal nivel de desarrollo en nuestra vida, que somos respetados y que nuestra sola presencia, en sí, impone, pasando a ser, por lo general, las cosas bastante más inocentes de lo que para los demás lo son, buscando lo inesperado.

A todo esto, ¿dónde está ese equilibrio perfecto? Dependiendo de la filosofía de vida que tomes, será uno o será otro, a saber:
->Jocho Yamamoto (Hagakure): "Hasta la edad de cuarenta años, un samuray debe estar atento para no dejarse seducir por la sabiduría y el sentido del juicio. Únicamente debe depender de sus propias capacidades y de su fuerza de carácter. Cuanto más grande sea este último, mejor será el samuray.
Incluso pasados los cuarenta, aunque eso depende del individuo y de su posición social, un samuray no es nada si carece de fuerza de carácter".

Con lo cual, tenemos que para este antiguo samuray, el equilibrio del guerrero está más en la necedad que en la sabiduría, siendo que ha de primar más la experiencia personal que la meramente explicitada por caminos ya trillados (inclusive este).

->Filosofía tendente al hombre (analectas de Confucio -6.18-): "Cuando la naturaleza prevalece sobre la cultura, se tiene a un salvaje; cuando la cultura prevalece sobre la naturaleza, se tiene a un pedante. Cuando naturaleza y cultura están en equilibrio, se tiene a un caballero".

Siendo que para este, a diferencia del anterior, hay un equilibrio. En lo que se cuenta del cuento anterior, este está en el caballero (pero sin especificar la forma).

->Filosofía tendente a la mujer (Liu I.Ming): En el símil "el trueno y el viento" se viene a decir, con el Tao, que "los hombres pueden ser firmes en su decisión y flexibles en la práctica gradual, sin acelerarse ni demorarse, sin ser agresivos ni débiles, con una fortaleza y una suavidad que se equilibren entre sí, consiguiendo el equilibrio y la armonía, entonces, allá donde vayan, saldrán beneficiados". Para lo cual, todo esto (a diferencia de Confucio, para el cual es un juego de balanzas) ha de darse en la misma persona, dejándose seducir por la sabiduría como una mujer, siendo, este, uno de los más importantes a la hora de analizar esta filosofía.

Retomando la pregunta de para qué nos puede servir eso a día de hoy, si eres "hombre" de poco, si eres "mujer" de mucho, porque es en la vorágine en donde se sienten cómodas, normalmente, para demostrar su flexibilidad.

Con lo cual, tenemos, que con la caligrafía correcta se espantan los "demonios" de la mente y eso solo se consigue teniendo un equilibrio natural (cosa que a veces falta).

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