Relatos de cera

Puede que más de una vez me haya sugerido la situación, que hay veces que tengas que ser como la cera, moldeable e insonoro pero compacto y que cuando me caliente, arda en la gente, me lleve las impurezas, sea capaz de sostener la luz y la calidad que sostenga, en mi, sea universal (entre otras muchas cosas).

Sin lugar a dudas, la cera es un material que puede sostener perfectamente la vida y sino pensemos en las abejas y su quehacer, ahí donde las veas no paran y de este material construyen sus casas, tan elegantes y apartadas de la gente, como las que más.

Pues he ahí sobre lo que voy a filosofar, sobre cómo me gustaría ser y cómo me gustaría vivir, según la filosofía de la piedra preciosa cerachates.

Para empezar, me gustaría una ciudad mucho más activa, con unos cuantos años menos de prisas tecnológicas, sobretodo, para que la gente se pueda mirar a la cara y empatizar con el otro. Sería feliz en mi ciudad, si las diferencias las marcase la idoneidad, no el amigo de turno, que te recomienda por ser el cabeza del grupo de alguien en alguna red social. Añoro los años en los que una presentación de cinco minutos ante tu futuro jefe o ante cualquier persona importante era más que suficiente. Añoro los años de palabras sencillas e instrumentos eficaces para ligar. El saber que lo mismo lo ves todos los días, que lo mismo no lo ves más. Añoro la economía de sentimientos, en los que unos pocos bien dirigidos eran más que suficientes para darte a entender en toda tu amplitud. Me trae gratos recuerdos cuando cogía una enciclopedia y no miraba en Google o Yahoo para la duda. Me da rabia que un juego de consola o de ordenador, no sea la comidilla de mi y de mi grupo de amigos sino de mi mismo con el mundo de internet.

Echo de menos ese sello de autenticidad que tenía mi gente cuando me decía que no había ningún problema, que eran de confianza y no, que ahora, los tenga que buscar por las redes para saber si lo que me dicen sobre ellos y sobre su vida es 100% verídico aunque sea una trola como un templo.

Pero ya que me he puesto a decir qué es lo que me da rabia y hecho de menos, quemándoos como la cera (un poquito), me gustaría dejar claras las lineas de lo que creo que debe de ser la construcción de mi entorno según la filosofía de la ágata color cera:
            -> Por un lado, me gustaría que todo el mundo supiera a qué es a lo que se enfrenta claramente en las redes sociales y con las nuevas tecnologías, ya que son medios con un apartado técnico muy amplio y la preparación a la que se tiene que aspirar para controlarlos, en el día a día, es muy amplia.
            -> Cultura de la tecnología asistencial, no de la tecnología infalible en nuestro día a día.
            -> La creación de un manual de buenos y saludables hábitos tecnológicos para la enseñanza en las escuelas, ya que no podemos obviar que muchos de estos aparatos y aplicaciones de tecnología, conllevan sus riesgos, sobre todo para la vista y el cerebro.
            -> Consensuar espacios y etapas de la vida libres de tecnología de la comunicación.
            -> La concienciación sobre los verdaderos riesgos de la red, tanto monetarios como personales.
            -> La concienciación sobre los distintos negocios jurídicos y similares que aparecen en estos productos y servicios.

Es casi seguro, que me he dejado algo en el tintero, pero esta enumeración, es simplemente un esbozo de la innumerable cantidad de deficiencias y adaptaciones que tiene un medio cada vez más tecnológico como el nuestro, que si bien, es como un muñeco de cera, el cual se rehace constantemente, es bien cierto que las estructuras son muy difíciles de emular, y a ser certeros, cada vez más invasivas e irrespetuosas, al ser como la cera de una vela, la cual se reblandece cuando más da calor, siendo a la larga, cada vez más difícil hallarle la forma definida de una vela.


Todo vuestro y entero: ¡Pyren!

Comentarios