El egoísmo

Si bien es cierto, que escribí, hace algún tiempo, sobre las supuestas virtudes del egoismo, hoy os voy a hablar de los detractores de este y sus motivos, ya que no deja de ser cierto lo que escribí en la otra entrada, a cerca de este.

Existe un cuento hindú muy antiguo llamado "el poder del mantra", en este cuento hindú, se hace referencia a un eremita que subsiste gracias a la manutención de una lechera, le dio el poderoso mantra de "Y esto es solo un río", lo puso en práctica en un desbordamiento del río y cruzó, el eremita le preguntó como lo hizo y la mujer le dijo que si con ese mantra podía atravesar un océano, como él le dijo, lo utilizó para cruzar el río; el eremita lo utilizó, después, creyéndose infalible, y murió hundido en el fondo del río.

La crítica que le hace Nietzsche al egoísmo, según la más antigua de las versiones que conozco, no es nada más que una de las que se le hace, es cuestión de ver el relato paralelo de la Biblia, en Mateo 14: 22-33 y hacer las comparaciones. Veremos que por mucha razón que tenga Nietzsche, vemos que le falta al respeto por desconocimiento de este cuento tan antiguo y de la tradición hindú, por mucho que se acercase a Zoroastro, a través de Zaratustra. Las mujeres en cuanto a egoísmo son iguales a los hombres y este egoísmo es como un río o un océano.

Para conocer el egoísmo debemos de adentrarnos a su raíz filosófica, esta creo que se encuentra en el Yoga-Sutra de Patanjali (3.3), cuando dice: "Pronto la persona está tan absorbida por el objeto que ya sólo es aparente la comprensión de dicho objeto. Es como si la persona hubiese perdido su propia identidad. Es la integración completa en el objeto de comprensión". Esto nos puede dar una idea de cómo el conocimiento del objeto, ya sea por parte del hombre o de la mujer, nos convierte, casi, en el objeto mismo, quedando como una advertencia, la pataleta de Nietzsche con las mujeres y aun así, teniendo razón este en su aserto.

Para conocer el egoísmo en Occicente, tenemos que atender a la fábula de Esopo de "la mujer y la gallina", en la que una mujer, deseando que una gallina ponga más huevos, la ceba y esta pierde la habilidad de ponerlos. Nos da una idea de que para que las cosas rindan, lo primero, es que ha de haber una ausencia o vacuidad, siendo correcta la afirmación del Sutra del Corazón de "ni sufrimiento, ni origen, ni alivio, ni camino", siendo las tres ruedas tan correctas hoy como hace muchísimo tiempo, correspondiéndose con las palabras del Dhammapada de "el sendero" (273, 278 y 279), diciéndose: "El Desapego es el mejor de los estados mentales. Y de los hombres, el hombre de visión clara", siendo la impersonalidad y el sufrimiento, las vías para alcanzar la iluminación. Por lo tanto, si hay desapego y vacuidad, no hay ego, ni egoísmo. Con lo cual, la visión de Nietzsche es una visión marrullera, al no ser, esta, clara con los que tengan menor capacidad de concentración.

Por último, en "el canto del bienaventurado", en el Yoga de la acción (12 y 13), se dice que "alimentados por el sacrificio te concederán los dioses tus deseos; por el contrario, quien goza de placeres concedidos por ellos y no les da nada a cambio es un ladrón" y "los hombres piadosos que comen los restos del sacrificio eliminan de ellos todo pecado, pero los que preparan los alimentos para sí mismos son pecadores". Siendo que la muchacha del cuento, no fue una pecadora en ningún momento dado su sacrificio, tampoco Jesús, pero Nietzsche, sin ninguna duda, podría entrar en la categoría de pecador, cosa de la cual se sentiría orgulloso, ya que este solo creía en la hombría y en Jesús como persona reveladora. Como vemos, el egoísmo es lo contrario al desprendimiento en las acciones.

Se puede sacar en claro, de todo esto, que el egoísmo es algo connatural al ser humano, que este se supera con el desapego, la vacuidad, la claridad y la caridad; para algunos, como Nietzsche, solo se supera con el desapego, la vacuidad y la claridad, esta última solamente para hombres viriles y reveladores como Jesús y no clerigillos del tres al cuarto. Para mí, el egoísmo, visto desde estos dos puntos de vista, solo es una tremenda prueba de habilidad y conocimiento que creo que todos debemos de pasar algún día.

¡Qué tengáis buena semana!

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