Los aprendizajes que una "paja" nos enseña

Muchos, seguramente, os habéis pajeado con mujeres, amigas o no, o habréis yacido con hombres o mujeres en algún momento de vuestra vida. Entre amigos, no es la primera vez que surge el mito del "frenillo", punto entre los genitales y el miembro viril, en el que se supone que está el stop de la masturbación, sexo o paja hacia adentro.

Exista o no, creas o no, existe un cuento indo-tibetano, aparentemente, muy cerdo a ese respecto, se llama: "parece igual, pero no es lo mismo", habla de un Dalai Lama, que abandonaba el palacio por las noches para yacer con las mujeres, teniendo sexo con ellas. Era un tántrico, y eso las personas comunes no lo entienden, se servía del disfrute como medio para trascenderlo, aguzar la consciencia y tomar energías que instrumentalizar para la búsqueda de lo Incondicionado. Se le veía como un vividor, como un enamoradizo (por los poemas de amor). La gente, irritada por la "lubricidad" del Dalai Lama le reclamó la presencia en su palacio. El Dalai Lama se levantó la túnica, mostró su miembro viril (sacrosanto) y, desde la balaustrada, dejó escapar una cantidad de semen. Todos estaban estupefactos. Cuando el semen se deslizaba por el aire, en dirección a los presentes, su Santidad lo reabsorbió con su miembro viril, se cubrió con la túnica y dijo, dirigiéndose a los asistentes: ¿Os dais cuenta? Parece igual, pero no es lo mismo.

El cuento termina con la enseñanza del Maestro, que dice: "Es fácil juzgar e increpar a la ligera, pero a veces "parece igual, pero no es lo mismo".

A simple vista, para el común de los mortales es un milagro obsceno, un frenillo imaginario y fantástico, que muchos de nosotros quisiéramos tener y muchas mujeres quisieran tener para sus hombres, disfrutar del placer y ordenar la retirada, sin condón.

Como nuestra lengua utilitarista no tiene una palabra para describir este hecho, he de recurrir al Reiki y a una palabra que no tiene traducción en nuestro idioma, tanto en Japones como en Tibetano, esta se llama "dai koo myo", y se traduce literalmente como "llevándonos de regreso a Dios" o "Dios (Gran Ser del Universo), brilla sobre mí y sé mi amigo". Es un término medicinal, su utilización permite una conexión inmediata entre el "yo físico" y el "yo superior" y se puede utilizar para curar a una pluralidad de individuos. Total, que si no crees en los milagros, lo más seguro es que el Lama pidiera perdón y consiguiese su objetivo, dejar preñadas a unas cuantas mujeres en secreto y que la gente volviera al redil de la castidad y el orden como método de curación de la sociedad.

Hay una respuesta para esta supuesta conducta del Lama, en una conversación del budismo Chan entre Xuanjue de Yongjia y el sexto Patriarca Huineng, en el que se preguntan por cuál es el significado de la limitación del objeto de vida o muerte. Se dice que no hay objeto entre tales distinciones, por lo tanto, ni hay rápido, ni hay lento, nada más que hay distinción arbitraria sobre si te has ido o sigues aquí.

Lo cierto es que la conducta del Lama, reflejada en el cuento, es la creencia popular arbitraria, que lo recordó, a través del tiempo, como un Lama licencioso.

Refranes que recojan esta filosofía en España son: "parece que te ha hecho la boca un fraile", "zorras y alcahuetas, todas son tretas", "en largo camino, por fuerza ha de haber barrancos", "la vereda no cría hierba", "quien deja camino y toma vereda piensa que adelanta, pero rodea", "quien siembra en el camino, cansa los bueyes y pierde el trigo", "no dejes camino viejo por sendero nuevo", "por hacer bien a mi vecino, hago cornudo a mi marido", "no es mejor camino el más corto", "casarás tu hija, si quiere tu vecina", "camino viejo y sendero nuevo" y otros tantos.

Por lo tanto ya sabéis, si os pillan en alguna situación delicada, tanto si eres hombre como si eres mujer, procurad decir que es sexo tántrico (sexo con motivos políticos y religiosos), ser importantes para vuestra sociedad y que la situación sea una mierda en sí misma, que la rectificación será la misma y el juicio paralelo, de los que no tienen ni idea, otro. Tanto es así, en sexo y lo que no es sexo (como bien he dicho en entradas anteriores), como por ejemplo en casos de corrupción más genéricos.

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