Hoy, me leía tres textos: el cuento de "cuando no hay preguntas vanas", el también cuento de "teoría y práctica" y un artículo que escribió Karl Marx sobre la "Revolución española", en el New York Daily Tribune en el 30 de Octubre de 1854.
En el primero de los cuentos, se viene a dar la idea de que alcanzas la iluminación cuando ya no hay preguntas vanas, lo cual es bien plausible en el texto de Marx, que muestra un detallado examen sobre cuestiones técnicas de la guerra contra los franceses. El segundo de los cuentos viene a dar la idea de que una persona normal y corriente como otra cualquiera, cuando habla de necesidades habla en primera persona y no en teorías, y eso parece entenderlo muy bien Karl Marx que se da cuenta de este aspecto de la guerra revolucionaria.
Los franceses de aquel tiempo, eran un ejercito fiero y bien pertrechado para el combate, no les faltaba sustento material (menos el que le quitábamos) y el Gobierno español de aquella época era fiero por la necesidad en guerra de guerrillas, pero cuando se lanzaba al combate perdía toda unión bien rápido. Era todo el mundo contra los franceses, pero sin nada que llevarse a la boca, independientes del Rey (al revés de lo que dice Napoleón en sus máximas sobre los franceses y su ausencia de Rey), rapiñaban a los franceses desde los montes, cortaban sus comunicaciones, hacían la paz y la guerra en un mismo día. La diferencia entre unos y otros, según los relatos históricos de izquierdas, es que unos estaban seguros de los objetivos que querían a largo plazo y tenían grandes generales y subalternos y otros eran un ejercito muy dúctil, dado al bandolerismo, a la poca organización social y militar, acostumbrado a que otros decidieran por ellos (como bien podría ser la enseñanza del cuento "teoría y práctica", ya que mientras unos tenían los objetivos claros a conseguir, nosotros solo íbamos a la rapiña y al movimiento fácil).
Eso hizo a la España contra-revolucionaria ingobernable durante los siguientes años, después de la contienda, eso unido a las tribulaciones del Antiguo régimen, hizo que se crearan sectores de interés y grupos de presión que hicieron los gobiernos de la democracia ingobernables.
Pero a lo que voy, ¿por qué es importante el elemento material en una sociedad? Porque así no se generan preguntas por cómo van las cosas, ni se generan mafias de contrabando, ni se generan regionalismos y por supuesto, no se genera desapego hacia las formas de gobierno centralizadas.
España es un reflejo, con su Estado Autonómico, de lo que fue en aquella época. Pese a los intereses recentralizadores de Rajoy en estos últimos cuatro años, parece que puede más la vieja distorsión interesada e invisible, que la seguridad de ir todos a un objetivo común. Meridiano reflejo de ello son los partidos nuevos, que aunque con el afán de una centralización desordenada, ahí están, más vivos que nunca, con ese espíritu materialista conveniente y no centralizador.
Napoleón decía en sus máximas de "experiencia y desgracias", cosas como: "No existe el robo, todo se paga", "el pensamiento madura tanto con el éxito como en la desgracia", "en Francia no puede haber ya república: los republicanos de buena fe son idiotas; los demás, incautos o intrigantes" y "es muy difícil gobernar en conciencia".
Claro ejemplo de este afán, es el "himno de Andalucía" que sin desmerecerlo es claro testigo de parte de la historia de Junta Revolucionaria que hay en España.
Esta forma de pensar todavía sigue muy presente pese al paso de los años y de las generaciones, dando al popular dicho "Spain is diferent" un claro acento informal, que no se yo hasta qué punto puede jugar en contra nuestra.
En el primero de los cuentos, se viene a dar la idea de que alcanzas la iluminación cuando ya no hay preguntas vanas, lo cual es bien plausible en el texto de Marx, que muestra un detallado examen sobre cuestiones técnicas de la guerra contra los franceses. El segundo de los cuentos viene a dar la idea de que una persona normal y corriente como otra cualquiera, cuando habla de necesidades habla en primera persona y no en teorías, y eso parece entenderlo muy bien Karl Marx que se da cuenta de este aspecto de la guerra revolucionaria.
Los franceses de aquel tiempo, eran un ejercito fiero y bien pertrechado para el combate, no les faltaba sustento material (menos el que le quitábamos) y el Gobierno español de aquella época era fiero por la necesidad en guerra de guerrillas, pero cuando se lanzaba al combate perdía toda unión bien rápido. Era todo el mundo contra los franceses, pero sin nada que llevarse a la boca, independientes del Rey (al revés de lo que dice Napoleón en sus máximas sobre los franceses y su ausencia de Rey), rapiñaban a los franceses desde los montes, cortaban sus comunicaciones, hacían la paz y la guerra en un mismo día. La diferencia entre unos y otros, según los relatos históricos de izquierdas, es que unos estaban seguros de los objetivos que querían a largo plazo y tenían grandes generales y subalternos y otros eran un ejercito muy dúctil, dado al bandolerismo, a la poca organización social y militar, acostumbrado a que otros decidieran por ellos (como bien podría ser la enseñanza del cuento "teoría y práctica", ya que mientras unos tenían los objetivos claros a conseguir, nosotros solo íbamos a la rapiña y al movimiento fácil).
Eso hizo a la España contra-revolucionaria ingobernable durante los siguientes años, después de la contienda, eso unido a las tribulaciones del Antiguo régimen, hizo que se crearan sectores de interés y grupos de presión que hicieron los gobiernos de la democracia ingobernables.
Pero a lo que voy, ¿por qué es importante el elemento material en una sociedad? Porque así no se generan preguntas por cómo van las cosas, ni se generan mafias de contrabando, ni se generan regionalismos y por supuesto, no se genera desapego hacia las formas de gobierno centralizadas.
España es un reflejo, con su Estado Autonómico, de lo que fue en aquella época. Pese a los intereses recentralizadores de Rajoy en estos últimos cuatro años, parece que puede más la vieja distorsión interesada e invisible, que la seguridad de ir todos a un objetivo común. Meridiano reflejo de ello son los partidos nuevos, que aunque con el afán de una centralización desordenada, ahí están, más vivos que nunca, con ese espíritu materialista conveniente y no centralizador.
Napoleón decía en sus máximas de "experiencia y desgracias", cosas como: "No existe el robo, todo se paga", "el pensamiento madura tanto con el éxito como en la desgracia", "en Francia no puede haber ya república: los republicanos de buena fe son idiotas; los demás, incautos o intrigantes" y "es muy difícil gobernar en conciencia".
Claro ejemplo de este afán, es el "himno de Andalucía" que sin desmerecerlo es claro testigo de parte de la historia de Junta Revolucionaria que hay en España.
Esta forma de pensar todavía sigue muy presente pese al paso de los años y de las generaciones, dando al popular dicho "Spain is diferent" un claro acento informal, que no se yo hasta qué punto puede jugar en contra nuestra.
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