Reflexión sobre los memos en redes sociales

No puedo hacerme una idea de cuanto he cambiado hasta que he cambiado.

Una indescifrable cantidad de gente se esfuerza en parecer tan joven o más que cuando lo fue en su mejor momento. Hay otros que se esfuerzan en que no se note su vejez, como es el caso de la gente que se empecina en ver lo más actual de su vida y esconde lo más superfluo de ella.

La cara más amarga de la actualidad es no aceptar lo que viene. Si piensas que la actualidad es como un pisapapeles, en el cual tienes que dejar constancia de lo que haces por debajo de él te encontrarás que tendrás una enorme cantidad de papeletas que resolver el día de mañana. Si eres puntual y tienes buena memoria, descubrirás que la psicología no lo es todo a la hora de ponerte a prueba y que lo mejor, muchas veces, tiene que dar paso a lo peor. Como históricamente fue el paso del Emperador Marco Aurelio y Cómodo.

No se ha de echar de menos a los tuyos constantemente y el olvido es buena prueba de ello. Lo que no es humano es este sitio en el que olvido y construcción empírica se dan la mano, para darte un soberano sopapo y recordarte lo que no eres desde ese mismo momento.

He conocido a soberanos memos y a memos soberanos, lo que distingue a unos de otros es la malograda forma en la que los primeros abarcan todo y los segundos lo desmienten. Puesto que hay tantas contestaciones poco, mal o fatalmente argumentadas por estas dos clases de memos (o soberanos, según se mire), es buena la contestación en torno a una fábula, pero como la del "labrador y la serpiente que mató a su hijo" no creo que haya otra. La serpiente podría ser el memo soberano y el labrador el soberano memo. Porque si haces mal a una persona de tu entorno y te escondes en tu nido, lo único que conseguirás será enrarecer el entorno y poner en peligro tu vida.

Desde luego que siempre ha habido mucho estúpido suelto y los nuevos memos cambian con cada nueva generación. Ahora, en vez de colmillos y hachas, llevan rencor y supuesta sabiduría. Pasan de ti y se llaman los herederos de los movimientos sociales y la voz del pueblo. Pero vengo a decir que son estas dos clases de memos.

Porque unos que se autodenominan de izquierdas atienden a "populus" como dos pueblos enfrentados, como abejas, en un mismo árbol. Otros, los de derechas, ven a "populus" como un conjunto de ciudadanos, mundo o público, que se unen para servirse de un árbol específico.

Solo creo en las dos Españas, como dos Españas memas. Mientras mis familiares, en el extranjero, superaron las diferencias entre unos y otros por el mejor desarrollo personal y nacional en años, aquí todavía se sigue atendiendo a la memez personal para llamarla "pueblo".

Si algo ha aprendido la generación en la que me he criado, es a no recurrir tan rápido a estas definiciones de pueblo, tan ámpliamente abusadas de ellas.

Hasta aquí mi reflexión a 16-8-2015 en redes sociales ¡No seáis memos!

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