Una larga travesía por el mundo del cine

Me pregunto porqué no hay dos historias iguales, pero si idénticos finales con la pantalla del cine o el ordenador apagada y los títulos de crédito y con sensación mala o buena. Esta es una compleja filosofía a la cual me voy a arrimar a arañar con mi forma de ver las cosas.

Hará algún tiempo, me puse a escrutar el significado de la palabra 長編映画, que vulgarmente significa largometraje (longitud-edición-película-imagen), lo más curioso, es que si le quitamos la palabra imagen, que teóricamente no debería de significar nada, tenemos "características y depresivo" en vez de "características y película", como por otro lado cabría esperar. Con lo cual, cabe pensar que todo lo que no sea una imagen fiel de la realidad, es susceptible de caer en la depresión, como los famosos dichos españoles de "buscar el traspiés al gato", "buscar tres pies al gato" y "buscar cinco pies al gato". Y si le borramos el Kanji de "longitud" e "imagen" y nos quedamos con "edición" y "película", tendremos "gallina y depresivo".

Un cuento indo-tibetano que viene a recoger bien esta filosofía, se llama "no hay apegos pequeños". Trata sobre dos hijos adolescentes, a los cuales su padre les hace un llamamiento sobre los apegos y después de haberles soltado la charla les manda a reflexionar. Uno de ellos entiende muy bien la "charla (o 長編映画)" y otro no la entiende y se piensa que hay apegos grandes y apegos pequeños, según el objeto, formándose la conjunción de 長編映 o 編映. A lo que el padre, interrogándole al primero, le dice lo que quiere oír y el segundo interrogado, le confiesa su teoría. El padre le lanza un cordel al cuello y empieza a apretar, el hijo, asustado, le pide al padre que pare y el padre, que los había hecho jurar sobre sus cenizas, le dice, mostrando el hilo de seda: "Querido hijo, hasta un hilo de seda puede quitarte la vida". El cuento termina con la enseñanza del Maestro que dice que "no es el objeto del apego el que nos esclaviza, sino el apego mismo. Tanto nos ata una cadena de oro como un hilo de seda".

Es curioso, porque el hilo de seda o cadena de oro de este cuento, es el mismo cuento mal entendido, lo cual me recuerda a la famosa frase de la serie "Perdidos", la cual pronuncia Sayid en referencia a su personaje, y que dice: "Me llamo Sayid Jarrah, y soy torturador". El caso es que esa serie, pese a ser de enorme desesperación, no transmitía, a la mayoría de la gente, desesperación y mi teoría es que la desesperación de ciertas personas a las que odiamos nos envalentona, como es el caso de la fábula de Esopo "los dos enemigos", en el cual te alegras de la perdición de tu enemigo y no sientes nada de miedo si es él el que muere primero, inclusive si mueres tu después.

Total, nos pueden vender mierda depresiva, siempre y cuando sea, el que consideras tu enemigo, el que esté delante en la miseria. Por eso, "Perdidos", pese a lo que digan, no es un 長編映画 (largometraje) sino un 長編映 (característica-depresivo) para un 編映 (gallina y depresivo). Si hay algún fan de la serie o de sucedáneos, semejantes, de autor, ha de saber que lo único que vende es mierda cribadora de gente de malos instintos, hecha por gente de malos instintos.

Pero supongo que siempre hay gente capaz de quemar el ordenador por un instante de gloria.

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