Pongámosle una opinión

Hoy, seguidores míos, os voy a pedir un esfuerzo a vuestros sentidos, para que acojáis los infinitos caminos del arte en vuestra vida y sobrepaséis los infinitos qch que se presentan ante nuestros ojos y que nos alejan de la realidad de las cosas a través aptus de estas. El cuadro que os presento a continuación, es de Melania Van, titulado "acuarelas y lápices de colores".


Decía Platón hace más de 2500 años, que los objetos representados estaban 3 veces alejados de la realidad, no le faltaba razón, pero tuvo un magnífico ayudante llamado Aristóteles, que mediante el método de mimesis-poiesis dijo que el camino tenía que ser ascendente, como método de acercamiento de la ficción a la realidad. No más falta decir que de esta forma de ver la realidad entre uno y otro, nació el aptus como tal.

Por lo tanto, podemos entender que el objeto, para Platón, es el cuadro en sí mismo y para Aristóteles (del cual me referenciaré a partir de ahora) es la vista, lo que importa para juzgar este cuadro.

Según la ética aristotélica lo más importante para aspirar a convivir con alguien es la puesta en común de temas y aficiones, que hagan que los que tengas a tu lado, como amigos, crezcan a la par que tu. Es muy importante esto que quiero decir, porque, según lo que veo en la imagen del cuadro, se representan tres vasos bien diferentes: uno al fondo, que parece que se ha llevado al límite del escenario, otro con motivos florales, que está en mitad de lo representado y otro que está volcado, como en actitud de sumisión.


Crispin Sartwell, definía la idea de este cuadro, con la palabra hebrea yapha (con influencia árabe), porque brota del genio de una pintora pero luce como imagen de ordenador con una luz diferente a la que pudiera tener el cuadro original que ya de por si es sorprendente, lo cual lo saca de la definición platónica al ser una idea ya de por si trabajada.

Hace algún tiempo que me leí "las mil y una noches" y hubo una historia que me conmovió especialmente para este cuadro, la "historia de Ishaq al-Mawsili y de la boda de al-Mamún con Jadidja, hija de al-Hasan ibn Sahl". Esta historia trata de Ishaq músico con talento para entablar relaciones con las mujeres, el cual, después del lance inicial del cuento, conoce a la hija del propietario de una hacienda y entabla relación con ella de amistad y amor en tres noches de charla respetuosa y afectiva, en la que compartieron conocimientos y otras artes musicales. Entre medias de ellos, el "principe de los creyentes", con el cual estaba teniendo tratos, le cita y en un desliz de amor se salta comida que tenían a mitad y se va a visitar por tercera vez a la chica en cuestión, este príncipe se cabrea y lo manda llamar a final de noche. Este le cuenta lo sucedido y se termina agenciando a la chica por la que había sido capaz incluso de jugarse la vida y entereza. Eso si, pagando una cuantiosa dote al padre. El cuento termina con la consiguiente resignación del enamorado.


Hemos de recordar que el amor para los musulmanes, según explica Ibn Arabi, consta de dos leyes: la naturaleza, que es tinieblas y el espíritu, que es luz; con lo cual, podemos entender que el vaso caído es el pobre enamorado que se dejó llevar por su naturaleza. Por otro lado tenemos otra naturaleza que es la budista o védica que califica el cuerpo como jïva o vaso y el alma interior y exterior como atma; si lo miramos con detenimiento podemos ver que esta representación con giro argumental tiende más a la naturaleza impulsiva y codiciosa de los hombres y mujeres. Para el monismo cristiano y judío, el hombre sería necio y errante en oposición al príncipe y la mujer solo una bella errada que se dejó llevar por las palabras atractivas del joven que conoció.

Pero sin embargo me quedo con la definición romana romántica de recipiente como brattea que tiende a lo natural y útil (sobre todo lo expone en el vaso centro), en todos los sentidos, como la definición más conveniente, dado que del cuadro desconocemos el contenido y lo que he hecho ha sido una presuposición de la historia que hay detrás según las corrientes de pensamiento más comunes del mundo. Pero del aptus podemos llegar a la conclusión de que tanto la historia como el cuadro lo son, están bien dispuestas, son convenientes, están ajustadas y acomodadas a los patrones de hoy día.

Podemos recordar numerosas historias con un cuadro tan bien argumentado, pero desde la posición de mi amistad me salen solo estas.

¡Gracias por hacer un poco de todos el arte, Melania!

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