Cuento de "la vaca" y mi correspondiente reflexión personal

"Había una vez, hace mucho tiempo, una vaca. No había en el mundo entero un animal que diera regularmente tanta leche y de tan alta calidad.
La gente llegaba de todas partes para ver este prodigio. Los padres les hablaban a sus hijos de la dedicación con que la vaca realizaba la tarea que tenía encomendada. Los ministros de la religión exhortaban a sus rebaños a que la emularan a su manera. Los funcionarios del gobierno se referían a ella como modelo de comportamiento adecuado, y planeaban y pensaban cómo podría aplicarse en la comunidad humana. Todo el mundo, en suma, podía beneficiarse de la existencia de este maravilloso animal.
Sin embargo, la mayoría de la gente, absorbida como estaba por las obvias virtudes de la vaca, no consiguió observar una de sus características. La vaca tenía la siguiente costumbre: en cuanto se llenaba un cubo con su inmejorable leche, le pegaba una coz".

La vaca siempre ha tenido un significado especial, es el símbolo de la máxima manipulación humana del entorno. El Corán advierte que hay signos para los que saben observar a los animales.

Pues bien, veo de primeras que a nadie le gusta ser únicamente observado por una de sus cualidades y que tanta presión sobre un mismo punto, acaba cansando a cualquiera. Pensemos en una mujer cualquiera, su forma de afrontar las cosas se parece a la de la vaca, las dos poseen enormes tetas, en su mayoría, y no consienten que se las toquen si no es con buenas intenciones. Por lo tanto, si no quieres ganarte la enemistad de una mujer, no presiones siempre sobre el mismo punto. Ni su belleza, ni su utilidad, ni su buen hacer, dejan de hacer que este animal, y su mimesis con las mujeres, tenga dignidad.

De segundas veo el "jahd" o esfuerzo, se adora a alguien que se esfuerza en superar los límites y es, símbolo de raza, aquel que desprecia su trabajo una vez hecho, sin darle importancia. Esto es síntoma de bravura, una cualidad muy apreciada cuando has dado de más. Cualquier mujer es genial cuanto más brava es, cuando más desafía las leyes de la feminidad y las lleva a su terreno, lo mismo que la vaca del cuento.

De terceras veo un exhorto, en este cuento, a no dejarse dominar por el sexo femenino, por muy bravo que este sea en algunas de sus representantes. Podemos sacar la conclusión de que la bravura de una mujer le impide ser buena madre, ya que cuando se pierdan sus encantos, como la vaca, será carne de cañón en toda regla.

Hasta aquí, mis observaciones personales del cuento.

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