"Wu Ch'ien-ch'iu de Shan-yu era extraordinariamente fuerte. Nadie de su ciudad le aventajaba en el boxeo o el manejo de la espada. Wu se extralimitaba en su conducta y utilizaba su fuerza para intimidar a los demás. Hacía que cualquiera que se opusiera a él lo pagase. Pedía prestadas cosas y nunca las devolvía. Obligaba a la gente a hacer cosas para él bajo la amenaza de un severo castigo.
Una tarde de verano fue a la torre que había encima de la puerta de la ciudad para disfrutar de la brisa fresca. Cuando llegó, todo el mundo huyó excepto un anciano caballero. El anciano permaneció allí, sin hacer caso de la presencia de Wu.
Wu estaba molesto. No estaba acostumbrado a que nadie se atreviera a desafiarle. Intentando intimidar al anciano, Wu dijo bruscamente: "¿Cómo te atreves a ignorarme? ¿Estás intentando desafiar mi poder?
El anciano caballero replicó severamente: ¡Qué ignorante eres! Tu madre te llevó en su seno durante diez meses, te alimentó y te cuidó durante tres años. Tus padres esperaban que fueras un prominente ciudadano y aportases respeto a la familia. Pero ahora ¡mírate! Has desperdiciado tus talentos y te has degradado convirtiéndote en un matón. El país pierde en ti un ciudadano útil. Tus padres son avergonzados por tu conducta. ¡Debías tener lástima de ti!"
Al oír las palabras del anciano, Wu quedó empapado de un sudor frío y declaró: "Todo el mundo me veía a mí como un personaje indeseable, así me convertí en uno de verdad. Tus palabras me han despertado. Por favor, dime qué debo hacer para reparar el daño que he estado haciendo al nombre de mi familia".
El caballero respondió: "Debes oír la historia del carnicero que arrojó su cuchillo y se hizo budista. Sigue su ejemplo. Empieza una nueva vida y deja detrás tu forma de comportarte. Desde ahora en adelante conviértete en un hombre virtuoso y ganarás el respeto de los demás".
Wu siguió inmediatamente el consejo del anciano. Se unió al ejército y utilizó su fuerza para ayudar en lugar de para hacer daño. Posteriormente fue promovido al rango de general y obtuvo un gran respeto".
Una tarde de verano fue a la torre que había encima de la puerta de la ciudad para disfrutar de la brisa fresca. Cuando llegó, todo el mundo huyó excepto un anciano caballero. El anciano permaneció allí, sin hacer caso de la presencia de Wu.
Wu estaba molesto. No estaba acostumbrado a que nadie se atreviera a desafiarle. Intentando intimidar al anciano, Wu dijo bruscamente: "¿Cómo te atreves a ignorarme? ¿Estás intentando desafiar mi poder?
El anciano caballero replicó severamente: ¡Qué ignorante eres! Tu madre te llevó en su seno durante diez meses, te alimentó y te cuidó durante tres años. Tus padres esperaban que fueras un prominente ciudadano y aportases respeto a la familia. Pero ahora ¡mírate! Has desperdiciado tus talentos y te has degradado convirtiéndote en un matón. El país pierde en ti un ciudadano útil. Tus padres son avergonzados por tu conducta. ¡Debías tener lástima de ti!"
Al oír las palabras del anciano, Wu quedó empapado de un sudor frío y declaró: "Todo el mundo me veía a mí como un personaje indeseable, así me convertí en uno de verdad. Tus palabras me han despertado. Por favor, dime qué debo hacer para reparar el daño que he estado haciendo al nombre de mi familia".
El caballero respondió: "Debes oír la historia del carnicero que arrojó su cuchillo y se hizo budista. Sigue su ejemplo. Empieza una nueva vida y deja detrás tu forma de comportarte. Desde ahora en adelante conviértete en un hombre virtuoso y ganarás el respeto de los demás".
Wu siguió inmediatamente el consejo del anciano. Se unió al ejército y utilizó su fuerza para ayudar en lugar de para hacer daño. Posteriormente fue promovido al rango de general y obtuvo un gran respeto".
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