Ofensa contra una deidad

"El pueblo Ch'ing Ch'i poseía un santuario dedicado a la Diosa del Reino del Agua; la estatua de la diosa era tan bella que todo el mundo estaba de acuerdo en que parecía viva. Los aldeanos la hicieron guardiana de la comarca y la veneraban y rendían culto.
El segundo mes del año, cuando florecía el peral, un grupo de jóvenes estudiantes pasaron por el santuario cuando se encaminaban a ver las flores. Entraron en él y uno de ellos levantó la cortina que colgaba ante el altar de la diosa. "Qué hermosa es", exclamó. "Si estuviera viva, la haría mi esposa". Sus amigos se escandalizaron ante esta observación ultrajante, pero él se rió de ellos diciendo: "Los dioses y los espíritus no son reales. Las personas que creen en ellos son supersticiosos". Entonces, el estudiante garabateó un poema irrespetuoso en la pared. Sabiendo que no les escucharía, sus amigos se abstuvieron de darle más consejos.
Más adelante, durante ese mismo año, los estudiantes fueron a la capital para pasar el examen de funcionarios. Cuando estaban en un dormitorio al que se le había puesto el nombre de Señor Wen-ch'ang, Patrón de las Artes y de la Literatura, todos ellos tuvieron el mismo sueño. En él, el Señor Wen-ch'ang se les aparecía y ellos quedaban sobrecogidos por su apariencia majestuosa. El dios cogía un rollo, lo desplegaba en la mesa y declaraba: "Como todos vosotros sabéis, cualquier estudiante que sea culpable de falta de respeto a las mujeres será excluido de la lista de honor. Incluso una mujer ordinaria debe ser respetada, y mucho más una diosa. Me ha llamado la atención que uno de vosotros haya insultado a la Diosa del Reino del Agua en un santuario del pueblo de Ching Ch'i". Nombrando al ofensor, borró su nombre de la lista de honor, insistiendo en que lo hacía porque el estudiante había faltado al respeto a una mujer.
Cuando los estudiantes se despertaron a la mañana siguiente y descubrieron que todos ellos habían soñado lo mismo, el ofensor se burló de la advertencia y preguntó: "¿Por qué habría de involucrarse en este asunto el Señor de las Artes y de la Literatura? ¿Qué daño puede hacer una estatua de barro?"
Entró decididamente en la sala de exámenes y escribió sus pruebas con su habitual brillantez, seguro de su éxito. Pero esa misma tarde la Diosa del Reino del Agua apareció con sus asistentes. Le reprendió por su ofensa y su impertinencia y ordenó a sus doncellas que le golpeasen con sus bastones. El estudiante se volvió loco y destruyó todos sus escritos. A la mañana siguiente se encontró al estudiante tendido inconsciente en el suelo. Se le sacó de la sala y murió poco después".

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